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CASTROVERDE DE CAMPOS: LA FIESTA NACIONAL - LOS TOROS DE LIDIA:: PÁGINA Nº...

LA FIESTA NACIONAL - LOS TOROS DE LIDIA:: PÁGINA Nº 4
P: Efectivamente, son los pueblos los que deciden. Esto nos lleva a la cuestión inicial, puesto que hay grupos de personas que buscan prohibir la tauromaquia y, si lo consiguen, dejarían de ser parte de nuestra cultura ¿Qué refutaciones ofreces al argumento de los animalistas que quieren acabar con las corridas de toros? R: Es interesante la cuestión. Tenemos una parte de la sociedad que está en contra de un contenido de cultural que le parece moralmente cuestionable o que excede su sensibilidad y puede conseguir que se prohíba. Esto terminaría con el toro, pero con muchísimas otras cosas. Resultaría revelador preguntar a la gente cuántas de las cosas que hacen tienen un grupo de gente que está moralmente en contra. La gastronomía, por ejemplo. El animalismo que está en contra de los toros encuentra los mismos argumentos para atacar la gastronomía que emplea productos animales. Hay quienes consideran inadmisibles las letras de algunas canciones o los desnudos de los cuadros que cuelgan en las paredes de los museos. El alcohol que bebemos, la ropa que vestimos, los versos, los bailes… Mayor todavía si ampliamos los márgenes del debate a escala global. Hay países y culturas que consideran que las mujeres no deberían realizar entrevistas, y aquí estamos tú y yo. Claro que los pueblos cambian. El día en que España reconozca a los animales el derecho a la vida se acabarán los toros, pero también los 700 millones de animales que sacrificamos para consumir al año en España. Lejos de constituir un signo de salvajismo, el juego con el toro es signo de sofisticaciónP: Sobre el debate en torno a la tauromaquia me llama la atención que nadie ponga sobre la mesa la cuestión de si merece la pena mantener una tradición cultural en la que la persona que la ejerce pone su vida en peligro. ¿Qué respuesta das a esta objeción? ¿Y por qué crees que los anti taurinos no suelen plantearse esto? R: Es una pregunta interesante porque pone de manifiesto varias cosas. En primer lugar, la objeción tradicional antitaurina ha girado siempre en torno a esta cuestión: desde hace siglos se consideró inmoral que un hombre se jugara la vida para entretener a otros. Ese es el principal argumento que utilizó la Iglesia Católica en contra de la fiesta de los toros. P: ¿Qué ocurre después? R: Más tarde este argumento desaparece conforme se implanta otro marco de pensamiento, y la sociedad empieza a preocuparse por la vida del animal e ignora la vida del ser humano. Aquí se manifiesta una empatía deforme: a los taurinos nos llaman sádicos por sacrificar un animal los mismos que están deseando que un toro le saque las tripas al torero, y se alegran profundamente cuando esto sucede. Estas son algunas de las consecuencias de la creencia animalista. Por otra parte pone de manifiesto también como a la tauromaquia se le hacen objeciones y se le pasan filtros que otras actividades al parecer no necesitan. Muchísimos deportes y prácticas diversas encuentran su razón, o al menos un aliciente muy importante, en el peligro que suponen para el que las realiza. Un espectador asiste a una carrera de motos no sólo por la habilidad del piloto, sino por el riesgo que supone, el conductor se está jugando la vida. Prueba de esto que afirmo es que si corrieran a 120km/h no acudiría nadie a presenciarlo. Muchas de las cosas que hacemos encuentran un anclaje en el riesgo que supone para nosotros y eso las hace divertidas. El ser humano es un animal tan evolucionado que ha superado el mayor instinto de todos, el de la supervivencia. Jugarse la vida porque sí, por el arte, por la mera diversión, por probarse a uno mismo o por sentirse vivo… Acercarse a la muerte voluntariamente para después escapar de ella constituye una de las muestras más evidentes del avance del desarrollo del ser humano. Lejos de constituir un signo de salvajismo -como se acusa a las personas que participan en un encierro o en una corrida- el juego con el toro es un signo de sofisticación. Uno de los alicientes atractivos de la práctica de cualquier disciplina como el skate, - afición que compartimos- se basa en que te puedes caer y te puedes hacer daño. Ese juego es profundamente humano y diría que exclusivamente humano... NAZARIO MATOS..