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CASTROVERDE DE CAMPOS: AQUÌ ESTÁ ENTERRADA LA GRAN ESPERANZA CONTRA EL "GRAN...

AQUÌ ESTÁ ENTERRADA LA GRAN ESPERANZA CONTRA EL "GRAN APAGÓN:: PÁGINA Nº3

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Hay reservas mundiales de gas para 65 años, pero desde que China decidió 'jubilar' el carbón nunca ha tenido tantos novios. Es el combustible de preferencia para la transición hacia las energías renovables
En el peor de los escenarios tendríamos que echar mano de las reservas estratégicas. Existe una infraestructura crítica muy poco conocida. Está en mitad de la meseta castellana, rodeada de campos de cultivo. Se trata del almacenamiento subterráneo de gas natural de Yela (Guadalajara). En caso de emergencia, es la estufa que debe mantener caliente a media España en los meses más crudos del invierno. En superficie no parece gran cosa: una discreta instalación junto a los campos de lavanda de Brihuega, pero a 2300 metros de profundidad alberga un acuífero salino. En verano se le inyecta el gas comprimido que servirá para tener un colchón con el que garantizar el suministro nacional; y en invierno, a medida que se va vaciando, el agua vuelve a recargar el acuífero. El pasado enero fue el temporal Filomena el que puso a prueba por unos días el sistema gasista español, que tuvo que echar mano de reservas equivalentes a día y medio de consumo para afrontar las intensísimas nevadas. Yela es uno de los tres almacenes de emergencia de los que dispone España, todos gestionados por Enagás. Y es vital por su ubicación en el centro del país. Los otros son sendos yacimientos agotados que se rellenan periódicamente: Serrablo (Huesca) y Gaviota, en el mar Cantábrico. Las reservas serían mayores si no se hubiese producido el fiasco del almacén Castor, en el Mediterráneo, descartado por los seísmos

Por ley, siempre debe haber un remanente mínimo para 20 días de gas y 92 de petróleo. Enagás decidió duplicar las reservas de gas y hay petróleo para 107 días. El mensaje de las autoridades es tranquilizador. Pero el invierno aún no ha empezado. Los modelos meteorológicos han detectado que habrá Niña por segundo año consecutivo, un enfriamiento a gran escala del Pacífico ecuatorial cuyos efectos se notarán en todo el hemisferio norte.

Por eso, medio mundo se ha lanzado a contratar los servicios de buques metaneros. No son baratos. Son embarcaciones muy costosas, pues hay que licuar el gas, que debe mantenerse a una temperatura de –160 grados. De este modo, ocupa unas 600 veces menos volumen que en estado gaseoso. Son barcos gigantescos, de casi 300 metros de eslora; y, paradójicamente, muy contaminantes. El Castillo de Mérida, con 178.000 metros cúbicos, es el metanero español más grande y transporta el equivalente a la demanda nacional de un día. En el mundo hay 642 embarcaciones así. Son pocas. Y se las rifan. Según Deloitte, los fletes por un día de navegación superarán en diciembre los 100.000 euros, el triple que en 2013. En 2020 descargaron en España 238 metaneros, sobre todo de Estados Unidos, Nigeria, Rusia y Catar. El derecho a descargar se denomina slot y se adjudica mediante subasta. Este invierno, los intermediarios internacionales han pagado por asegurarse 136 slots (el invierno pasado fueron 86). El precio medio ha pasado de 50.000 a 350.000 euros, aunque en algunos casos se están pagando hasta un millón de euros por un slot. Solo se puede descargar en aquellos puertos donde hay plantas de regasificación. En el caso de España, son media docena: Barcelona, Cartagena, Huelva, Ferrol, Sagunto y Bilbao. Es una de las pocas ventajas de nuestro país, que está a la cabeza en regasificación. Tras descargarlo, el gas se almacena en tanques criogénicos. La vaporización se realiza pulverizando agua de mar para calentar el gas licuado y que vuelva a su estado gaseoso. Luego se odoriza para que pueda ser detectado en caso de fuga y se inyecta en la red de gasoductos o se lleva a los almacenes subterráneos.,, NAZARIO MATOS..