PÀGINA.--2ª
Los campesinos libresLos hombres libres o francos se clasificaban en colonos y villanos. Los colonos arrendaban una parcela de tierra al señor: los mansos ingenuos. Estos mansos se heredaban de generación en generación, por medio de un contrato.
Los villanos , en cambio, eran pequeños propietarios que vivían en aldeas del fruto de sus propias tierras, al margen de todo señor. Las tierras que trabajaban eran llamadas alodios. En muchos lugares de Europa como, por ejemplo, en Italia y en algunos lugares de Francia, los villanos eran la mayoría. Obligaciones de los siervosLos señores feudales tenían la obligación de defender a las personas que vivían de sus tierras y darles refugio en tiempos de guerra.
A cambio, recibían de ellos una renta anual en dinero, en productos agrícolas o animales, el censo; una contribución si éstos se casaban, y parte de su herencia. Entre estas obligaciones se incluían, también, las siguientes:
– Trabajar durante un determinado número de días en las tierras particulares del señor: la corvée.
– Pagar una tasa llamada banalidad por usar los monopolios del castillo: el molino, la prensa de vino, el horno y los puentes, entre otras cosas más.
– Contribuir con una suma indeterminada de dinero, cada vez que el señor lo requería: la talla. Los Impuestos - La talla -
De todas las obligaciones que se contraían con el señor feudal, la más odiada fue la talla. La talla empezó como un deber de todo subordinado de ayudar a su señor. Al principio, era un regalo excepcional al que el señor recurría sólo en caso de emergencia. Con el tiempo, la talla fue reclamada por los señores feudales cada vez con más frecuencia. El problema de este impuesto era que la suma de dinero que debía entregarse no estaba fijada por ninguna ley. Esto hizo que la talla se volviese una carga totalmente injusta, dependía de la voluntad del señor. Por eso, muchos miembros de la Iglesia se opusieron a ella y la talla fue motivo de sangrientas revueltas campesinas.
Las banalidades y el banLa autoridad del señor feudal estaba reforzada porque poseía el poder o ban que antes había pertenecido al rey. Gracias al ban, el poder del señor en sus dominios era casi total. Entre las cargas impuestas a los campesinos, las más características fueron las que derivaron de este poder: las banalidades.
Las banalidades fueron monopolios que los señores feudales se atribuyeron en perjuicio de los cultivadores. Unas veces, se reservaban la venta del vino o de la cerveza; otras, asumían el derecho exclusivo de proporcionar el toro necesario para la reproducción de los rebaños. Con más frecuencia, obligaban a los campesinos a moler los granos en su molino, hornear el pan en su horno y prensar la uva en su prensa. Las condiciones de vidaLas condiciones de vida de los campesinos fueron muy diversas. Durante el feudalismo, la proporción de siervos y hombres libres varió mucho según los siglos y las religiones. Además, dentro de estas dos categorías existían muchas diferencias tanto en las leyes que los regían como en el grado de prosperidad.
A pesar de estas diferencias, la mayoría de los campesinos vivía en situación de pobreza, explotación y dependencia. El anhelo por parte de muchos siervos por conseguir su libertad y los repetidos esfuerzos del campesinado libre para obtener algún beneficio fueron motivo de frecuentes revueltas. NAZARIO MATOS.
Los campesinos libresLos hombres libres o francos se clasificaban en colonos y villanos. Los colonos arrendaban una parcela de tierra al señor: los mansos ingenuos. Estos mansos se heredaban de generación en generación, por medio de un contrato.
Los villanos , en cambio, eran pequeños propietarios que vivían en aldeas del fruto de sus propias tierras, al margen de todo señor. Las tierras que trabajaban eran llamadas alodios. En muchos lugares de Europa como, por ejemplo, en Italia y en algunos lugares de Francia, los villanos eran la mayoría. Obligaciones de los siervosLos señores feudales tenían la obligación de defender a las personas que vivían de sus tierras y darles refugio en tiempos de guerra.
A cambio, recibían de ellos una renta anual en dinero, en productos agrícolas o animales, el censo; una contribución si éstos se casaban, y parte de su herencia. Entre estas obligaciones se incluían, también, las siguientes:
– Trabajar durante un determinado número de días en las tierras particulares del señor: la corvée.
– Pagar una tasa llamada banalidad por usar los monopolios del castillo: el molino, la prensa de vino, el horno y los puentes, entre otras cosas más.
– Contribuir con una suma indeterminada de dinero, cada vez que el señor lo requería: la talla. Los Impuestos - La talla -
De todas las obligaciones que se contraían con el señor feudal, la más odiada fue la talla. La talla empezó como un deber de todo subordinado de ayudar a su señor. Al principio, era un regalo excepcional al que el señor recurría sólo en caso de emergencia. Con el tiempo, la talla fue reclamada por los señores feudales cada vez con más frecuencia. El problema de este impuesto era que la suma de dinero que debía entregarse no estaba fijada por ninguna ley. Esto hizo que la talla se volviese una carga totalmente injusta, dependía de la voluntad del señor. Por eso, muchos miembros de la Iglesia se opusieron a ella y la talla fue motivo de sangrientas revueltas campesinas.
Las banalidades y el banLa autoridad del señor feudal estaba reforzada porque poseía el poder o ban que antes había pertenecido al rey. Gracias al ban, el poder del señor en sus dominios era casi total. Entre las cargas impuestas a los campesinos, las más características fueron las que derivaron de este poder: las banalidades.
Las banalidades fueron monopolios que los señores feudales se atribuyeron en perjuicio de los cultivadores. Unas veces, se reservaban la venta del vino o de la cerveza; otras, asumían el derecho exclusivo de proporcionar el toro necesario para la reproducción de los rebaños. Con más frecuencia, obligaban a los campesinos a moler los granos en su molino, hornear el pan en su horno y prensar la uva en su prensa. Las condiciones de vidaLas condiciones de vida de los campesinos fueron muy diversas. Durante el feudalismo, la proporción de siervos y hombres libres varió mucho según los siglos y las religiones. Además, dentro de estas dos categorías existían muchas diferencias tanto en las leyes que los regían como en el grado de prosperidad.
A pesar de estas diferencias, la mayoría de los campesinos vivía en situación de pobreza, explotación y dependencia. El anhelo por parte de muchos siervos por conseguir su libertad y los repetidos esfuerzos del campesinado libre para obtener algún beneficio fueron motivo de frecuentes revueltas. NAZARIO MATOS.