
Desde
Valladolid, siguiendo la
carretera hacia Zaratán,
Wamba,
Castrodeza,
Torrelobatón, llegamos a
Torrecilla de la Torre. Situada en un
valle que linda con los
montes Torozos, es una pequeña, pero hermosa población. Tiene la característica sobriedad de los
pueblos castellanos:
campos de cereal, llanuras brevemente interrumpidas por pequeñas elevaciones (cuestas), pequeños grupos de álamos o chopos; una desnudez bellísima para quien ame este tipo de belleza esencial. Las
casas antiguas son de adobe o de
piedra, la
iglesia, con
espadaña, tiene un interior de una sola nave. Recientemente se ha rescatado la piedra original de los muros (durante años estuvo encalada) junto con algunos restos de pinturas murales, lo mismo ha ocurrido con el piso de grandes losas de piedra. El
retablo del
altar mayor es dorado y con algunos elementos barroquizantes, en otros pequeños
altares, imagen de
San Marcos, patrón del
pueblo junto con la
Virgen del Rosario. No se puede decir que sea
románica ni
gótica..., no obstante la visita tiene su interés. Yo os recomendaría una visita, un
paseo breve por sus
calles; vais a respirar un maravilloso aire puro, un tranquilizador silencio. Después podéis seguir la ruta hacia
Barruelo del Valle, ya en lo alto del páramo, San Cebrión de Mazote con su iglesia mozárabe, y al final Urueña con su preciosa iglesia
románico lombarda, la
ermita de La Anunciada. Que disfrutéis.