HISTORIAS DE ANTES DE SER LA PISTA
Lugar de muchos encuentros,
borrachos con poca vista,
aquellos sitios tan nuestros
tuvieron que pasar lista.
Recuerdo aquel griterío
de porrones bien repletos,
y de algún momento serio
con insultos y atropellos.
Se encasquillo la pistola
de aquel andaluz de leyes,
el tiempo marcó sin trola
como labraban los bueyes.
Era el Bar de “La Papata”,
Samuel era su marido,
quizá brillo alguna errata,
en aquel tiempo sentido.
Discusiones no faltaron
en aquel lugar marchoso,
muchos mozos se alegraron
con aquel vino dichoso.
La Torre como testigo
tuvo que sufrir desmayo,
algunos llaman castigo
al perder su pararrayos.
Miramos tiempos pasados
con sus sombras y desgracias,
hay quien les llama mermados
viendo las acacias lacias.
La Pista cambio destinos
entre sueños lasecanos,
allí se vendieron vinos
que alegraron a cristianos.
G X Cantalapiedra.
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