Se dice que la sencillez es una virtud, y por tanto los que viven la vida de una forma sencilla se puede decir que son unos virtuosos de la vida. A veces esta tautología, verdad absoluta en términos filosóficos, tienen todos los argumentos para considerar que la sencillez es una de las mejores formas de vivir. Te imaginas, una pradera más o menos irregular, unos árboles repartidos de forma estratégica para acariciarnos con sus sombras, una lumbre, unas parrillas y unos bidones cargados de hielo y ... (ver texto completo)