me lo pedia el cuerpo, o el alma, necesitaba pisar aquellos paisajes que por los años 70, eran mi zona de ocio, de mis primeros paseos románticos, de las largas conversaciones con las amigas, siempre al lado de una fuente, pues podíamos denominar al Blacos de entonces como el pueblo de las mil fuentes.
LA Fuente negrilla, era la fuente de mi barrio, era un poco mas mía, ayi siempre bajabamos con cubos a por agua para los animales, e invariablemente me tropezaba con mis vecinos, que no eran vecinos como los de un portal de ahora,
eran vecinos de compartir, de ayudar. la fuente de abajo, ya hemos hablado mucho de ella, y ay dilucidábamos asuntos importantes de lealtades y deslealtades. La fuente del Ajo me evoca los días de escuela, las excursiones con la maestra, y también de aquellos días de riada, que había que ir por agua hasta aya. El otro día no conseguí encontrarla, parecía escondida en el arroyo. pienso que lo que vivimos en torno a estos parajes, nos dejo marcados, como una generación, que rehuye los espacios cerrados, que cada año unos y cada poco otros, volvemos a nuestro pueblo asegurarnos que siguen hay, guardianes de nuestros recuerdos,. volvi a pasear por este paraje, sorprendiéndome como cada vez, de la zona rocosa, que aparece como sobrepuesta en el paisaje.
Como siempre gracias Alejandro por seguir compartiendo con nosotros tus escritos, que siempre describen nuestas vivencias. con acierto y buen hacer.
un saludo especial a un tipo que me anima a participar en la pagina.
SALUDOS CHICOS
LA Fuente negrilla, era la fuente de mi barrio, era un poco mas mía, ayi siempre bajabamos con cubos a por agua para los animales, e invariablemente me tropezaba con mis vecinos, que no eran vecinos como los de un portal de ahora,
eran vecinos de compartir, de ayudar. la fuente de abajo, ya hemos hablado mucho de ella, y ay dilucidábamos asuntos importantes de lealtades y deslealtades. La fuente del Ajo me evoca los días de escuela, las excursiones con la maestra, y también de aquellos días de riada, que había que ir por agua hasta aya. El otro día no conseguí encontrarla, parecía escondida en el arroyo. pienso que lo que vivimos en torno a estos parajes, nos dejo marcados, como una generación, que rehuye los espacios cerrados, que cada año unos y cada poco otros, volvemos a nuestro pueblo asegurarnos que siguen hay, guardianes de nuestros recuerdos,. volvi a pasear por este paraje, sorprendiéndome como cada vez, de la zona rocosa, que aparece como sobrepuesta en el paisaje.
Como siempre gracias Alejandro por seguir compartiendo con nosotros tus escritos, que siempre describen nuestas vivencias. con acierto y buen hacer.
un saludo especial a un tipo que me anima a participar en la pagina.
SALUDOS CHICOS
