PROMESAS CUMPLIDAS
Era el año de 1999, el tiempo pasaba en penumbras, para aquel hombre que nació en la Provincia de Soria, que llegó casi a los 93, años, y viendo que su salud se iba agotando, habló con su yerno, al que le comentó. “Quiero si puede ser, que se me entierre en mi pueblo de Soria, si es posible con poca ceremonia, pero rodeado de mi gente querida, solo quiero eso·”. “El yerno muy tranquilo le dijo, eso será como usted dice, no se preocupe más de ese asunto, que yo me encargaré que así sea”. No habían pasado ni siquiera 25, días, cuando estando sentado viendo la televisión, se quedó dormido para siempre, su salud ya quebrada por una pulmonía anterior, le había dejado muy endeble. Y sin enterarse que le venía la muerte, se durmió sin poder decir nada. En aquellos momentos alguien de la familia del anciano comentó, se le podía enterrar en Madrid, y el yerno contesto, se hará su voluntad, y sin discusiones ninguna, le llevaremos donde el en vida quería, su tierra natal, donde empezó a ser niño, joven y mayor, y sin más problemas allí estaremos, para darle la despedida que se merecía, Ya que fue un hombre honrado trabajador y sencillo, y así haremos su voluntad, y si no el que se opongo, se la vera conmigo. Todo trascurrió como el anciano había dicho en su declaración a su yerno, Sobre aquel cementerio, mirando a un Castillo Fortaleza, descansa para la eternidad, aquel hombre, que tan solo en su vida supo hacer amigos, respetando a sus seres queridos hasta el último día de su vida.
Soria es una tierra de descanso para todos aquellos que nacieron allí, y que siempre la tuvieron en su cerebro, se deben de respetar las ultimas voluntades de los seres humanos, y no actuar con ningún capricho de algún iluminado. D. E. P.
G X Cantalapiedra.
Era el año de 1999, el tiempo pasaba en penumbras, para aquel hombre que nació en la Provincia de Soria, que llegó casi a los 93, años, y viendo que su salud se iba agotando, habló con su yerno, al que le comentó. “Quiero si puede ser, que se me entierre en mi pueblo de Soria, si es posible con poca ceremonia, pero rodeado de mi gente querida, solo quiero eso·”. “El yerno muy tranquilo le dijo, eso será como usted dice, no se preocupe más de ese asunto, que yo me encargaré que así sea”. No habían pasado ni siquiera 25, días, cuando estando sentado viendo la televisión, se quedó dormido para siempre, su salud ya quebrada por una pulmonía anterior, le había dejado muy endeble. Y sin enterarse que le venía la muerte, se durmió sin poder decir nada. En aquellos momentos alguien de la familia del anciano comentó, se le podía enterrar en Madrid, y el yerno contesto, se hará su voluntad, y sin discusiones ninguna, le llevaremos donde el en vida quería, su tierra natal, donde empezó a ser niño, joven y mayor, y sin más problemas allí estaremos, para darle la despedida que se merecía, Ya que fue un hombre honrado trabajador y sencillo, y así haremos su voluntad, y si no el que se opongo, se la vera conmigo. Todo trascurrió como el anciano había dicho en su declaración a su yerno, Sobre aquel cementerio, mirando a un Castillo Fortaleza, descansa para la eternidad, aquel hombre, que tan solo en su vida supo hacer amigos, respetando a sus seres queridos hasta el último día de su vida.
Soria es una tierra de descanso para todos aquellos que nacieron allí, y que siempre la tuvieron en su cerebro, se deben de respetar las ultimas voluntades de los seres humanos, y no actuar con ningún capricho de algún iluminado. D. E. P.
G X Cantalapiedra.
Bonita historia.