DESDE LOS ALTOS DE AYLLÓN
Cuando recorres caminos
en las noches tenebrosas,
temes vivir desatinos
donde no hay cosas dichosas.
Por los caminos sorianos
donde se notan silencios,
piensas en seres humanos
que nunca se sienten necios.
Desde Los Altos de Ayllón
con un paisaje marciano,
buscas una explicación
aquel termino soriano.
Silencios que quedan rotos
con sonidos de motores,
terrenos que ponen cotos
hasta los mismos tractores.
Rampas de mucho peligro
con laderas endiabladas,
el frío deja su giro
en tardes poco encantadas.
Rasos que marcan veredas
sin visitar poblaciones,
brisas que a veces se enredan
en temidas conclusiones.
Altos llenos de leyendas
con sus noches embrujadas,
donde no se ponen vendas
a las largar alboradas.
Piedras calizas marcando
sus regatos de tormenta,
el sol puede calentando
hacer que la duda aumenta.
Altos que marcan caminos
entre provincias hermanas,
donde se guardan los signos
de ser tierras castellanas.
G X Cantalapiedra.
Cuando recorres caminos
en las noches tenebrosas,
temes vivir desatinos
donde no hay cosas dichosas.
Por los caminos sorianos
donde se notan silencios,
piensas en seres humanos
que nunca se sienten necios.
Desde Los Altos de Ayllón
con un paisaje marciano,
buscas una explicación
aquel termino soriano.
Silencios que quedan rotos
con sonidos de motores,
terrenos que ponen cotos
hasta los mismos tractores.
Rampas de mucho peligro
con laderas endiabladas,
el frío deja su giro
en tardes poco encantadas.
Rasos que marcan veredas
sin visitar poblaciones,
brisas que a veces se enredan
en temidas conclusiones.
Altos llenos de leyendas
con sus noches embrujadas,
donde no se ponen vendas
a las largar alboradas.
Piedras calizas marcando
sus regatos de tormenta,
el sol puede calentando
hacer que la duda aumenta.
Altos que marcan caminos
entre provincias hermanas,
donde se guardan los signos
de ser tierras castellanas.
G X Cantalapiedra.