SORIA: "DELENDA EST CARTHAGO!"...

"DELENDA EST CARTHAGO!"

Con esta frase terminaba Catón todos sus discursos allá por el año 150 a. C.

Igual daba que se encontrara hablando en el Senado de Roma, en el Foro o en los retretes públicos. Cartago debía ser destruida. No se trataba de vencerla. Se trataba de destruirla, de arrasarla, de borrarla de la faz de la Tierra para siempre, sus piedras, sus ciudadanos, e incluso su recuerdo debía desaparecer. Y el punto de vista de Catón era suscrito por buena parte de los romanos. Roma odiaba a Cartago. Pero Cartago también odiaba a Roma como jamás en toda la Historia dos naciones se han odiado. Los ciudadanos de ambas urbes, dueñas ambas de extensos territorios más allá de sus muros, creían firmemente que merecía la pena que su ciudad se hundiera en el infierno si conseguía arrastrar a la otra con ellos. No había rivalidad o enemistad. Había un odio irracional cuyos ecos aún nos llegan nítidos tras más de 2000 años.

Y Catón lo consiguió. No vivió para verlo, pero Cartago, capital de la nación púnica, fue arrasada con una minuciosidad tal que los arqueólogos sólo han conseguido encontrar pequeños restos de lo que antaño fuera la mayor y más rica ciudad del Mediterráneo. Los magníficos edificios fueron primero incendiados, luego demolidos y para finalizar la tarea sus cimientos fueron arrancados. El páramo en el que los romanos convirtieron Cartago fue sembrado con sal para que nada volviera a crecer allí y cualquier resto de la esplendorosa cultura cartaginesa fue perseguido y exterminado. Borrado del libro de la Historia, muchas veces para siempre.

¿Por qué?

¿Por qué este odio que aún hoy nos deja boquiabiertos?

Los capítulos que reflejan ese odio irracional entre distintos personajes son muchos, pero el odio estaba firmemente arraigado en ambas sociedades. Toda la sociedad romana odiaba a Cartago: la odiaban los senadores, los importadores de artículos de lujo, los panaderos, los herreros y los campesinos. Toda Roma odiaba a Cartago como jamás los romanos han odiado a ningún otro pueblo. Y como todas las cosas, esta historia tiene su principio y su final. Curiosamente ambos tienen un elemento común: El principio y el fin de Cartago fue el fuego.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Cartago fue una fundación fenicia. Mercaderes de Tiro la fundaron a mediados del siglo IX a. C. (año 814), según sus tradiciones. Era una escala ideal para las líneas comerciales fenicias que abarcaban todo el Mediterráneo y aún más allá de lo que los griegos conocieron como "Las Columnas de Heracles" y nosotros como el estrecho de Gibraltar. Y como todas las ciudades que se precien tienen una bonita leyenda de fundación, pues los cartagineses, para no ser menos que los demás, también. Según esta ... (ver texto completo)