SORIA: La reconvertida Plaza de Herradores...

La reconvertida Plaza de Herradores
Del marcado carácter comercial que tuvo siempre ha pasado a ser una zona para alternar
El Centro Comercial Abierto –no es la primera vez que nos ocupamos de él- está dando mucho juego. Las continuas iniciativas de sus promotores en aras de conseguir los fines que motivaron su creación, que no son otros sino recuperar para el centro el marcado carácter comercial que tuvo siempre, lo han puesto de moda hasta situarlo en un plano destacado de la actualidad. Ha generado ambiente, para qué engañarnos.

Lo de Centro Comercial Abierto se ha presentado como algo verdaderamente novedoso, y no es que vaya a cuestionarse y mucho menos censurar, si como tal se entiende la iniciativa conjunta de una serie de comerciantes y empresarios que llevaban años asistiendo al deterioro progresivo del comercio tradicional de la ciudad y, en definitiva, a que por la propia inercia algunas zonas céntricas de la capital hayan ido quedándose sucesivamente fuera de los circuitos comerciales con la consiguiente repercusión no sólo en la actividad económica del sector sino también en la sociedad soriana en general.
Esta, y no otra, es dicho de manera un tanto abreviada la realidad de hoy en torno a una problemática lo suficientemente compleja, necesitada de actuaciones inmediatas, acerca de la cual los promotores no tendrán más remedio que poner a contribución del proyecto el esfuerzo generoso que les permita recuperar el tiempo perdido y evitar un mayor deterioro, aderezado con unas buenas dosis de imaginación y, por supuesto, de paciencia, si es que verdaderamente tienen el decidido propósito de acabar con la realidad de una situación que se ha ido generando y agravando durante décadas, que en definitiva es de lo que se trata.
De unos años a esta parte el centro de Soria, es decir El Collado y su entorno más próximo, ha sufrido una renovación casi total no tanto en su configuración, que sigue siendo la misma de siempre, o al menos así parece a cuantos no han faltado de aquí por más que la percepción pueda ser otra bien distinta, como por el contrario ha ocurrido con los nuevos establecimientos que están funcionando hoy, que en realidad siguen siendo comercios, como antaño, por utilizar el término de siempre, pero que han sido el motor que ha posibilitado el cambio de cara del centro urbano. Es decir, que donde por ejemplo en tiempos hubo una mercería hoy está abierto un banco o una tienda en la que se venden teléfonos móviles. Y donde una pescadería, una óptica, que puede no ser el caso. La transformación, en fin, que haya podido experimentar la arteria principal de la ciudad acaso tenga bastante que ver con su peatonalización primero y bastantes años después de algunas de las otras calles que confluyen en ella.
La que sí ha sufrido un cambio de actividad importante ha sido la que todos conocemos y llamamos Plaza de Herradores, en el callejero, de Ramón Benito Aceña, en recuerdo del diputado y senador conservador por Soria durante casi medio siglo, que fomentó las excavaciones de Numancia y construyó a sus expensas el edificio del Museo Numantino. Hoy, bastantes de los edificios están desocupados y el censo de residentes ha sufrido una caída importante. De manera que a falta de lugares de encuentro, o lo que es lo mismo de plazas públicas, que sigue siendo la asignatura pendiente de Soria, la céntrica de Herradores se ha convertido en uno de los puntos importantes de reunión de la ciudad a poco que el tiempo acompañe y se pueda tomar en la calle la caña o el vino y la tapa del mediodía, incluso en pleno invierno. Porque en la época estival toda la plaza es una única terraza, que se ha ido agrandando cada temporada.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
En la Plaza de Herradores hace ya muchos años que dejó de funcionar la siempre concurrida parada de taxis, y que desaparecieron los carrillos de chucherías para los chicos y no tan chicos que se ubicaban a diario a la entrada, a uno y otro lado de ella, como escoltándola. En la parte de acá, la más próxima al Collado, el “colorado” del Jesús Bernardo y seguido hacia el interior el de los hermanos Carpintero, que atendían el Jesús y el Luís “El Litri”, en los que raramente no había tertulia. En la ... (ver texto completo)