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SORIA: Por la boca muere el pez (o sobre la mentira)...

Por la boca muere el pez (o sobre la mentira)

"Sostiene Pereira que cuando vio al equipo económico del Gobierno de don Mariano, Esfinge del balbuceo, capitaneados por la Vicepresidenta y con caras plañideras, sospechó lo que se les venía encima a los españolitos de a pie. Una a una fue escuchando las medidas económicas propuestas, «porque es la única solución» como lo eran antes los dogmas divinos y pensó que tenían razón: es la única solución para mejorar la posición económica y social de unos pocos, entre los que ellos mismos se encuentran, y para machacar a los demás; sobre todo, a los que ocupan los escalones más bajos. Por eso, la primera medida fue congelar el Salario Mínimo (SMI). Sus 641 euros mensuales les deben parecer excesivos a ellos que nunca sobrevivieron con esas migajas.
El mismo día que se anunciaba lo del SMI, se publicaba, «El Rey cobra 292.752 euros anuales»; «Los consejeros de la banca cobraron en 2010 de media 33 veces el salario mínimo»; «R. Rato (Bankia) cobra 2,3 millones de euros anuales más un plus variable». Para qué seguir. Extraña sobremanera la aceptación popular con la que se admiten como normales situaciones tan anómalas. ¿Qué virus ha invadido el cuerpo social causando tanta resignación? Volviendo a la rueda de prensa del comienzo, sostiene Pereira, causa perplejidad cómo los gobernantes no tienen ninguna vergüenza en afirmar hoy lo que negaron ayer. Si la mentira se instala en la sociedad como algo normal, malo. En la Campaña Electoral, propagaron que dirían la verdad costara lo que costara, que los impuestos ni tocarlos, el dinero mejor en el bolsillo de los ciudadanos, que los sacrificios se repartirían equitativamente, que el cambio de gobierno produciría tal confianza en los mercados que el desestrastre desaparecería, que no se tocarían los servicios esenciales y que las pensiones no perderían poder adquisitivo. Todo para crear empleo. ¿Qué tiene que ver esta propaganda con lo aprobado en el primer Consejo de Ministros? Y sólo es «el inicio del inicio» como ha advertido la Vicepresidenta para meter miedo como el coco a los niños, pues como a niños pequeños tratan a los ciudadanos. Sostiene Pereira que un gobierno se elige para solucionar problemas no para meter miedo con lo mal que está la situación. Esto lo saben mejor los parados, los menosmileuristas, las madres que no pueden conciliar, los escolares más apretujados en las aulas y los jóvenes que tienen que emigrar o no pueden independizarse (les han quitado la ayuda por alquiler).
Sostiene Pereira que, si los ciudadanos no estuvieran convirtiéndose en súbditos acoquinados por el miedo, estarían hablando de estafa electoral. Porque todas las medidas aprobadas desmienten lo que dijeron o callaron: los impuestos directos (IRPF) suben para todos en vez de hacerlo sólo a los altos salarios, a los grandes capitales y a la especulación financiera (causante de la crisis); las pensiones pierden poder adquisitivo y no congelan las altas para subir más las mínimas que es lo justo; los servicios públicos quedarán anémicos, (por 10 jubilados se repondrá uno); los activos trabajarán 1/2 hora más diaria (no quieren saber que la productividad no casa con más horas sino con mejor organización, cuya responsabilidad es de jefes de servicio y otros capataces, y con buen ambiente laboral). ¿Así se crean puestos de trabajo o se destruyen? ¿Se mejora la educación, la sanidad y la Dependencia, en la que aplazan la entrada de nuevos beneficiarios? Y para colmo, prestan una ayudita a los bancos, (el ministro Guindos es del ramo), para que vendan sus muchos pisos, recuperando las ayudas a la compra de vivienda y potenciando de nuevo la burbuja inmobiliaria. ¿Por qué no trabajar menos y trabajar todos como dice la Constitución?
Sin duda, ha empezado a ser normal decir digo donde se dijo Diego. Mal empiezan. Y ya no vale la engañifa, sostiene Pereira, de retorcer el lenguaje cambiando recortes por racionalización del gasto (cuantas más palabras, más larga la mentira). Alguien tiene que explicar cómo han pasado de la euforia electoral a este crujir de dientes y si no vieron las dimensiones de la crisis (antes tan clarividentes) o nos engañaron. Cualquier hipótesis es preocupante. De momento, ha quedado claro que hay que trabajar más (algunos), ganar menos (los mismos de antes), pagar más impuestos, seguir parados algunos más, pagar la crisis los menos culpables y tener servicios públicos peores y más caros. Lo mismito que dijeron en Campaña. Por eso, como dice el poeta A. Miralles: «Te digo que no vale/ meter el sueño azul bajo las sábanas/pasar de largo, no saber nada/hacer la vista gorda a lo que pasa/guardar la sed de estrellas bajo llave».
Opinión09/01/2012Sostiene Pereira
Por la boca muere el pez (o sobre la mentira)
Julio Collado
Diario de Avila-digital