Este poema escrito hace unos quince años, cobra actualidad al comenzar cada ciclo en la Naturaleza. Es un canto a la esperanza, mientras se mantiene la esperanza. Cuando la esperanza desaparece de tanto repetir ciclos, es que la vejez anuncia su llegada. Intentemos ser jóvenes hasta el último día:
Primavera, has llegado de nuevo.
Te siento en el gorjeo de los ruiseñores,
en la suave brisa que mece los álamos.
Los perales, tachonados de flores de plata,
nos hablan de tu ansiada presencia;
el arroyo discurre con un rumor de alegría contenida.
Con tu llegada, nos devuelves la perdida esperanza
del invierno sombrío.
Primavera, al verte tan hermosa,
nos permites soñar con el nuevo amor.
¿Dónde estás niña de los ojos bellos,
adónde está fijada tu penetrante pupila,
tu presencia animada que tanto me conforta?
Esbelta gacela, campanilla silvestre.
El vuelo del vencejo incansable
es como un tributo a tu entregada vida.
¿Por qué no estás conmigo que tanto te anhelo?.
¿Acaso esta primavera será el preludio de un amor gozoso?.
¿O es que los dioses nos mantienen separados
para esperar con mas ansia las mieles del amor?
Sea como sea, amada mía, este lacerante fuego que nos abrasa
es la promesa de un esperanzado mañana.
Rosa delicada, que con tu aroma
mantienes despiertos mis mas sublimes sentimientos.
Eres como el fresco crepúsculo de la mañana;
Aguijón y bálsamo de un corazón herido.
Un abrazo, amigos de Soria
Primavera, has llegado de nuevo.
Te siento en el gorjeo de los ruiseñores,
en la suave brisa que mece los álamos.
Los perales, tachonados de flores de plata,
nos hablan de tu ansiada presencia;
el arroyo discurre con un rumor de alegría contenida.
Con tu llegada, nos devuelves la perdida esperanza
del invierno sombrío.
Primavera, al verte tan hermosa,
nos permites soñar con el nuevo amor.
¿Dónde estás niña de los ojos bellos,
adónde está fijada tu penetrante pupila,
tu presencia animada que tanto me conforta?
Esbelta gacela, campanilla silvestre.
El vuelo del vencejo incansable
es como un tributo a tu entregada vida.
¿Por qué no estás conmigo que tanto te anhelo?.
¿Acaso esta primavera será el preludio de un amor gozoso?.
¿O es que los dioses nos mantienen separados
para esperar con mas ansia las mieles del amor?
Sea como sea, amada mía, este lacerante fuego que nos abrasa
es la promesa de un esperanzado mañana.
Rosa delicada, que con tu aroma
mantienes despiertos mis mas sublimes sentimientos.
Eres como el fresco crepúsculo de la mañana;
Aguijón y bálsamo de un corazón herido.
Un abrazo, amigos de Soria
