NUMANCIA, SÍMBOLO UNIVERSAL DE LA LUCHA DE UN PUEBLO POR SU LIBERTAD (17)
Después de Numancia.
Los romanos, como era su costumbre, enviaron a diez senadores a las zonas de Iberia recién adquiridas, que Escipión o Bruto antes que él habían recibido bajo rendición o habían tomado por la fuerza, a fin de organizarlas sobre una base de paz. Posteriormente, al haberse producido otras revueltas en Iberia, fue elegido como general Calpurnio Pisón. A él le sucedió en el mando Servio Galba. Sin embargo, cuando los cimbrios invadieron Italia, y Sicilia se debatía en la segunda guerra de los esclavos, no enviaron ningún ejército a Iberia a causa de sus múltiples preocupaciones, pero enviaron legados para que llevaran la guerra del modo que les fuera posible. Después de la expulsión de los cimbrios, llegó Tito Didio y dio muerte hasta veinte mil arévacos. A Termeso, una ciudad grande y siempre insubordinada contra los romanos, la trasladó desde la posición sólida que ocupaba a la llanura y ordenó que sus habitantes vivieran sin murallas. Después de poner sitio a Colenda, la tomó a los ocho meses de asedio por rendición voluntaria y vendió a todos sus habitantes con los niños y las mujeres.
Después de Numancia.
Los romanos, como era su costumbre, enviaron a diez senadores a las zonas de Iberia recién adquiridas, que Escipión o Bruto antes que él habían recibido bajo rendición o habían tomado por la fuerza, a fin de organizarlas sobre una base de paz. Posteriormente, al haberse producido otras revueltas en Iberia, fue elegido como general Calpurnio Pisón. A él le sucedió en el mando Servio Galba. Sin embargo, cuando los cimbrios invadieron Italia, y Sicilia se debatía en la segunda guerra de los esclavos, no enviaron ningún ejército a Iberia a causa de sus múltiples preocupaciones, pero enviaron legados para que llevaran la guerra del modo que les fuera posible. Después de la expulsión de los cimbrios, llegó Tito Didio y dio muerte hasta veinte mil arévacos. A Termeso, una ciudad grande y siempre insubordinada contra los romanos, la trasladó desde la posición sólida que ocupaba a la llanura y ordenó que sus habitantes vivieran sin murallas. Después de poner sitio a Colenda, la tomó a los ocho meses de asedio por rendición voluntaria y vendió a todos sus habitantes con los niños y las mujeres.