SOBRE LA PLAZA DE SAN ESTEBAN
Los más jóvenes, cuando pasan por la plaza de San Esteban, junto al Collado, y disfrutan de la sombra de los plátanos, tan agradecida en verano, quizás ignoran por no haberlo vivido, aunque puede que lo hayan oido de otras personas mayores, que estos plátanos estuvieron a punto de desaparecer para siempre, con motivo de la construcción del aparcamiento subterráneo de la aledaña plaza del Olivo, de no ser por la oposición de un grupo de sorianos, multas incluídas, y que costeamos entre algunos amigos. Quisera destacar, entre aquellos, a Antonio Ruiz, padre e hijo, y a Tinín, "El Bueno", ya fallecido, -así se autodenominaba para diferenciarse de un concejal, de urbanismo, creo-, e impulsor de la coplilla que luego reproduzco.
Quien suscribe, aunque ya pertenecía a la diáspora (hablamos del verano de 1990), no dudó en sumarse al acto cuyos datos extraigo de mis viejas carpetas. Nada que afecte a Soria me deja indiferente. Un acto reivindicativo, entre otros, celebrado el 7/8/1990.
Ni que decir tiene, que nos salimos con la nuestra, para disfrute de las actuales y futuras generaciones.
Seguimos.
Los más jóvenes, cuando pasan por la plaza de San Esteban, junto al Collado, y disfrutan de la sombra de los plátanos, tan agradecida en verano, quizás ignoran por no haberlo vivido, aunque puede que lo hayan oido de otras personas mayores, que estos plátanos estuvieron a punto de desaparecer para siempre, con motivo de la construcción del aparcamiento subterráneo de la aledaña plaza del Olivo, de no ser por la oposición de un grupo de sorianos, multas incluídas, y que costeamos entre algunos amigos. Quisera destacar, entre aquellos, a Antonio Ruiz, padre e hijo, y a Tinín, "El Bueno", ya fallecido, -así se autodenominaba para diferenciarse de un concejal, de urbanismo, creo-, e impulsor de la coplilla que luego reproduzco.
Quien suscribe, aunque ya pertenecía a la diáspora (hablamos del verano de 1990), no dudó en sumarse al acto cuyos datos extraigo de mis viejas carpetas. Nada que afecte a Soria me deja indiferente. Un acto reivindicativo, entre otros, celebrado el 7/8/1990.
Ni que decir tiene, que nos salimos con la nuestra, para disfrute de las actuales y futuras generaciones.
Seguimos.
Recuerdo perfectamente la actuación del “Síndico y su comparsa de corporación” en aquella época, LAMENTABLE; se les trató a los ciudadanos que defendían sus derechos, como gente proscrita; mi amigo Evelio y otros tuvieron que pasar por tribunales,
Menos mal que al final, la protesta surgió efecto.
Menos mal que al final, la protesta surgió efecto.
