Isabelis Regine Majoricarum (Última novela, por ahora, de Isabel Goig)
Impagable escritora, que nos sorprende con un magnífico trabajo, toda una novela histórica, que me he leído de principio a fin, en varios días, claro, porque hay que asimilar el puzzle que supone el entramado del reino aragonés y mallorquín en el siglo XIV. No hay duda de que habrá tenido que trabajar duro para situar en su época no sólo los numerosos personajes que desfilan por sus 283 páginas, sino el paisaje, la gastronomía, el vestuario, los usos y costumbres... Ardua labor, sin duda, porque meterse por los vericuetos de la novela histórica conlleva el riesgo de caer en anacronismos, a veces inevitables, algo que, hasta donde alcanzo, no ha sido así. Tampoco tendría importancia, en caso contrario.
En fin, novela que recomiendo a todo soriano y mallorquín -el hermano de Isabelis, Jaume IV está enterrado en Soria, como ya se va sabiendo, en parte también gracias a ella- y a cuantos, sin serlo, quieran saber más sobre lo que Isabelis cuenta a su fiel Marguelide.
De la otra Isabel, la autora, deseamos que siga reinando como ella sabe y bien, en el mundo cultural soriano, para deleite de los que la leemos. Ante su impagable labor, los sorianos bien nacidos sólo podemos decir: "chapeau", Isabel.
Impagable escritora, que nos sorprende con un magnífico trabajo, toda una novela histórica, que me he leído de principio a fin, en varios días, claro, porque hay que asimilar el puzzle que supone el entramado del reino aragonés y mallorquín en el siglo XIV. No hay duda de que habrá tenido que trabajar duro para situar en su época no sólo los numerosos personajes que desfilan por sus 283 páginas, sino el paisaje, la gastronomía, el vestuario, los usos y costumbres... Ardua labor, sin duda, porque meterse por los vericuetos de la novela histórica conlleva el riesgo de caer en anacronismos, a veces inevitables, algo que, hasta donde alcanzo, no ha sido así. Tampoco tendría importancia, en caso contrario.
En fin, novela que recomiendo a todo soriano y mallorquín -el hermano de Isabelis, Jaume IV está enterrado en Soria, como ya se va sabiendo, en parte también gracias a ella- y a cuantos, sin serlo, quieran saber más sobre lo que Isabelis cuenta a su fiel Marguelide.
De la otra Isabel, la autora, deseamos que siga reinando como ella sabe y bien, en el mundo cultural soriano, para deleite de los que la leemos. Ante su impagable labor, los sorianos bien nacidos sólo podemos decir: "chapeau", Isabel.