Reina en el lago de los misterios tristeza suma:
los bellos cisnes de cuello negro terciopelo,
y de plumaje de seda blanca como la espuma,
se han ido lejos porque el hombre tiene recelo.
Aún no hace mucho que sus bandadas eran risueños
copos de nieve, que se mecían con suavidad
sobre las ondas, blancos y hermosos como los sueños
con que se puebla los amores de la bella edad.
Eran del lago la nota alegre, la nota clara,
que al panorama prestaba vida y animación;
ya fuera un grupo que en la ribera se acurrucara,
ya una pareja de enamorados en un rincón.
¡Cómo era bello cuando jugaban en la laguna
batiendo alas en los ardientes días de sol!
¡Cómo era hermoso cuando vertía la clara luna
sobre los cisnes adormecidos su resplandor!
los bellos cisnes de cuello negro terciopelo,
y de plumaje de seda blanca como la espuma,
se han ido lejos porque el hombre tiene recelo.
Aún no hace mucho que sus bandadas eran risueños
copos de nieve, que se mecían con suavidad
sobre las ondas, blancos y hermosos como los sueños
con que se puebla los amores de la bella edad.
Eran del lago la nota alegre, la nota clara,
que al panorama prestaba vida y animación;
ya fuera un grupo que en la ribera se acurrucara,
ya una pareja de enamorados en un rincón.
¡Cómo era bello cuando jugaban en la laguna
batiendo alas en los ardientes días de sol!
¡Cómo era hermoso cuando vertía la clara luna
sobre los cisnes adormecidos su resplandor!