Nosotros, como cristianos, tenemos el deber de revisar, y poner en tela de juicio, todas nuestras costumbres y creencias, refrendándolas con la Palabra de Dios, para asegurarnos de que nuestros actos sean aprobados y bendecidos por Él. En el caso de estas dos fiestas vamos a ver que nos dice la Biblia sobre las oraciones por los muertos y el papel de intermediación de los "Santos" por nuestras almas.
¿Concuerdan estas tradiciones con el "deja que los muertos entierren a sus muertos" predicado por Cristo?, ¿quiénes son los "Santos" según el Nuevo Testamento?, ¿por qué existen personas que sólo van a los cementerios un día al año?. Intentaremos reflexionar sobre estas cuestiones, dejando de lado fanatismos e ideas preconcebidas.
¿Concuerdan estas tradiciones con el "deja que los muertos entierren a sus muertos" predicado por Cristo?, ¿quiénes son los "Santos" según el Nuevo Testamento?, ¿por qué existen personas que sólo van a los cementerios un día al año?. Intentaremos reflexionar sobre estas cuestiones, dejando de lado fanatismos e ideas preconcebidas.
El pueblo judío, (sobre todo las ramas más ortodoxas), contiene en sus tradiciones, oraciones y conmemoraciones tales como el Izkor, que está basado en la firme creencia de que los vivos por medio de actos de bondad, pueden redimir a los muertos. Por su parte, el Antiguo Testamento, prohibe expresamente intentar relacionarse con ellos: "Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos." (Levítico 20.27) o en Deuteronomio 18.9-14., y, por consiguiente, no encontramos justificación para autorizar este tipo de oraciones, aunque en la cita se refiera a la invocación de los espíritus, tiene un sentido de prohibición a cualquier relación con el otro mundo, el de los muertos. No estamos hablando de recordar y añorar a nuestros seres queridos, sino de la posibilidad de interceder por ellos.