Palacio de los Rios y Salcedo, SORIA

Poco queda ya de aquella Soria medieval. Construcciones ramplonas y sin personalidad, hijas de la vulgaridad, la chapucería, el afán especulativo y el mal gusto, se han enquistado en su casco antiguo degradándolo, poco a poco, hasta convertirlo en un amasijo de casas vetustas y ruinas nuevas que lo harían irreconocible para los que nos precedieron sólo dos o tres generaciones atrás. Sería de justicia, para conocimiento de propios y extraños, de los presentes y de quienes nos sucedan, hacer honor...
Datos estadísticos: Ayer, el número de visitas ascendió a 163.
Número de visitas de ayer: 146.
(continuación 6)

Patatas bravas, las del Caribe, en el Tubo, decorado con murales de bucaneros y hermosas mujeres, cañones y barriles de ron, que hacían navegar nuestra fantasía en el barco del capitán Kidd hasta las remotas Antillas. Germán Ortigosa prefería “quedarse” en el más cercano Cantábrico, pues, enamorado de lo norteño, vez que entraba en el bar, vez que se iba derecho a la máquina de discos en busca del inglés que vino a Bilbao, a ver la ría y el mar… mientras el popurrí seguía incansable,...
¿Hay alguien?