Te debo el cielo de otoño
de quejidos cuajado;
la muda boca que suplicó tu piel de mar.
Te debo los versos heridos
que empañan mis lunas;
y este rostro repleto
de horas que no cicatrizan.
Te debo mis ojos clavados
de excusas absurdas; ... (ver texto completo)
de quejidos cuajado;
la muda boca que suplicó tu piel de mar.
Te debo los versos heridos
que empañan mis lunas;
y este rostro repleto
de horas que no cicatrizan.
Te debo mis ojos clavados
de excusas absurdas; ... (ver texto completo)