EL FANTASMA DEL RÍO UCERO
Aquel hombre fallecido hacia más de un año, parecía ser el fantasma del Río Ucero, este hombre no muy mayor parece que tuvo una enfermedad que le anulo quitándole su vida, cuando solo tenía medio siglo de edad, su muerte fue demasiado rápida, no le dio tiempo a poderse despedir de amigos y vecinos, y parece ser que una tarde de esas de niebla cerrada, alguien le reconoció cruzando el Puente de Piedra que conduce a la Catedral, el hombre que le reconoció no daba crédito a su vista, y pensó mejor no comentar nada, se reirían de mi si lo cuento, dirán que estoy loco, más un día del pasado verano alguien comentó algo parecido, le habían visto pasear entre las hierbas del lado contrario a la Catedral, Aquel hombre que parecía estar andando en las noches de niebla y vientos fríos, empezaba a dejarse notar en las orillas del Ucero, a las altas horas de la madrugada este fantasma que no solía caminar en tiempo normal, le rozo la espalda a un hombre que no dormía este verano, cuando el hombre se volvía no pudo ver nada, solo notaba como si alguien respirara a su lado, este hombre notó un frío todo el cuerpo, que le hicieron tiritar, Intento llegar a la Plaza para tomarse un café con coñac, estaba todo cerrado, era como si le siguiera, todo el rato, este hombre pensó, que al fantasma en vida le debía algún dinero, y que no quiso pagar a su viuda, pensaba que eso estaría finiquitado al morir el que le dejó aquel dinero, El fantasma le lanzaba como si fuera su aliento, y este hombre comprobó que su deuda tendría que ser pagada sin perder tiempo, no quería cuentas pendientes con fantasmas que caminaban entre los álamo y sauces llorones que adornan a dicho Río. El hombre aprovecho aquella mañana para visitar a la viuda del que le presto el dinero, al llegar a la casa del prestamista, notó como el sudor de aquel que fue su amigo y le presto dinero varias veces, se respiraba en aquel ancho portal, pagando su deuda y comentando a su viuda si tenía algún contacto con su marido fallecido, Ella contesto, sabía que le debías dinero, lo que no sabia era la cantidad, ahora dormiremos todos más tranquilos. Nadie ha comentado ver a dicho fantasma, aunque las sombras de la noche a veces son alargadas.
G X Cantalapiedra.
Aquel hombre fallecido hacia más de un año, parecía ser el fantasma del Río Ucero, este hombre no muy mayor parece que tuvo una enfermedad que le anulo quitándole su vida, cuando solo tenía medio siglo de edad, su muerte fue demasiado rápida, no le dio tiempo a poderse despedir de amigos y vecinos, y parece ser que una tarde de esas de niebla cerrada, alguien le reconoció cruzando el Puente de Piedra que conduce a la Catedral, el hombre que le reconoció no daba crédito a su vista, y pensó mejor no comentar nada, se reirían de mi si lo cuento, dirán que estoy loco, más un día del pasado verano alguien comentó algo parecido, le habían visto pasear entre las hierbas del lado contrario a la Catedral, Aquel hombre que parecía estar andando en las noches de niebla y vientos fríos, empezaba a dejarse notar en las orillas del Ucero, a las altas horas de la madrugada este fantasma que no solía caminar en tiempo normal, le rozo la espalda a un hombre que no dormía este verano, cuando el hombre se volvía no pudo ver nada, solo notaba como si alguien respirara a su lado, este hombre notó un frío todo el cuerpo, que le hicieron tiritar, Intento llegar a la Plaza para tomarse un café con coñac, estaba todo cerrado, era como si le siguiera, todo el rato, este hombre pensó, que al fantasma en vida le debía algún dinero, y que no quiso pagar a su viuda, pensaba que eso estaría finiquitado al morir el que le dejó aquel dinero, El fantasma le lanzaba como si fuera su aliento, y este hombre comprobó que su deuda tendría que ser pagada sin perder tiempo, no quería cuentas pendientes con fantasmas que caminaban entre los álamo y sauces llorones que adornan a dicho Río. El hombre aprovecho aquella mañana para visitar a la viuda del que le presto el dinero, al llegar a la casa del prestamista, notó como el sudor de aquel que fue su amigo y le presto dinero varias veces, se respiraba en aquel ancho portal, pagando su deuda y comentando a su viuda si tenía algún contacto con su marido fallecido, Ella contesto, sabía que le debías dinero, lo que no sabia era la cantidad, ahora dormiremos todos más tranquilos. Nadie ha comentado ver a dicho fantasma, aunque las sombras de la noche a veces son alargadas.
G X Cantalapiedra.