EL BURGO DE OSMA: PREPARANDO LA SEMANA SANTA EN EL BURGO DE OSMA. SORIA....

PREPARANDO LA SEMANA SANTA EN EL BURGO DE OSMA. SORIA.
Este matrimonio de Madrid preparaba la Semana Santa, en tierras del Burgo de Osma. Soria. Su ropa de abrigo era importante, y sus aficiones a visitar lugares medievales, todo en una misma semana. La Catedral del Burgo, era como el eje de sus costumbres religiosas, sus pasos en pleno silencio hacían una Semana Santa de sentimientos religiosos, de las que más se recuerdan, ya eran varios años los que allí acudían, se notaba un ambiente de Semana Castellana, de viejas tradiciones, luces y sombras sobre un paisaje que cuando lo vives de cerca te parece que es más real. Ya dijo Don Antonio Machado, que El Burgo de Osma y Baeza eran los dos pueblos de España más religiosos, no sé si en este tiempo sigue el mismo criterio, aunque todo en la vida cambia, Hay murallas que se van aviejando por abandonarlas, y costumbres que se van perdiendo, depende de las personas que vivan en esas tierras o lugares, Es difícil poder adivinar como funcionan los pueblos, aunque tengan cantidad de lugares religiosos, El Burgo de Osma en su silencio, es un valle con laderas que dan a dos ríos, como donde se encuentra la Cruz del Siglo, o Ermita de las Magdalenas. Junto al Castillo de Uxama, con ese desfiladero a La Güera, teniendo enfrente a la Atalaya Musulmana, son recuerdos llenos de historia de España, sin olvidarnos de La Universidad de Santa Catalina, hoy día Hotel Termal. El Burgo tiene señas de identidad que se acrecientan en momentos puntuales, Sus soportales en la Calle Mayor, donde las personas se refugian cuando llueve o nieva, son lugares llenos de años, con tertulias de todas las clases, rodeadas de establecimientos comerciales y bares típicos de esa zona soriana. Donde los torreznos son el principal manjar. La Semana Santa del Burgo de Osma, no es playa ni otras diversiones, es un lugar para saber de cerca como juzgaron a Jesucristo y terminaron con él, y en sus imágenes se ve todo su proceso, Hay personas que no son religiosas, pero disfrutan viendo esas procesiones que se aproximan a como fue el final de su vida, por el valor de esas imágenes bien conservadas, que esos días salen a recorrer sus calles principales. G X Cantalapiedra.