LA MUERTE NO ERA EL
CAMINO
Han pasado más de dos siglos, y aquel
joven agricultor y ganadero estaba desplazado a
El Burgo de Osma, para vender unos corderos que llevaba en su
carro de varas, más al estar camino del
bar donde pensaba
comer, sintió los ecos de unas herraduras de
caballo, que montaba su padre, que con prisa le decía, para el carro, y súbete en esta montura, para que vuelvas a nuestro
pueblo, tu novia acaba de fallecer de un fallo del corazón, El joven se quedó perplejo, no sabia si
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