A VUELTAS CON EL VOCABULARIO
En aquella Soria de los últimos cincuenta y primeros sesenta, los chavales pasábamos muchos ratos de asueto en la calle. Afortunadamente, la calle era nuestra y, para más suerte, no disponíamos de "play" ni cacharritos parecidos. Aparte de jugar, relacionarnos con los demás, conocer nuestras habilidades y limitaciones y otras muchas cosas, usábamos un léxico con el cual nos entendíamos. Ya se comentó aquí lo de cucho o cucha o paletilla. Una palabra que utilizábamos a menudo era reo.
REO: Como sinónimo de vez o turno, jamás utilizábamos éstas y siempre reo. Era frecuente que en los juegos hubiese que turnarse bien para saltar, para lanzar la pelota o las canicas (bolas, decíamos), o para "esbararse" por cualquier "esbaradizo" (resbaladizo). Entonces, la palabra reo venía con frecuencia a nuestros oídos.
Desde entonces, no creo que haya vuelto a oírla, y menos en la lejanía de la tierra.
En aquella Soria de los últimos cincuenta y primeros sesenta, los chavales pasábamos muchos ratos de asueto en la calle. Afortunadamente, la calle era nuestra y, para más suerte, no disponíamos de "play" ni cacharritos parecidos. Aparte de jugar, relacionarnos con los demás, conocer nuestras habilidades y limitaciones y otras muchas cosas, usábamos un léxico con el cual nos entendíamos. Ya se comentó aquí lo de cucho o cucha o paletilla. Una palabra que utilizábamos a menudo era reo.
REO: Como sinónimo de vez o turno, jamás utilizábamos éstas y siempre reo. Era frecuente que en los juegos hubiese que turnarse bien para saltar, para lanzar la pelota o las canicas (bolas, decíamos), o para "esbararse" por cualquier "esbaradizo" (resbaladizo). Entonces, la palabra reo venía con frecuencia a nuestros oídos.
Desde entonces, no creo que haya vuelto a oírla, y menos en la lejanía de la tierra.