DEZA: RECUERDOS DE LA ABUELA...

RECUERDOS DE LA ABUELA

Dedicado a Matías Esteras.

Corrida de toros en Monteagudo de las Vicarias hace cincuenta y tantos años:

Había mucha afición a los toros y Monteagudo era pueblo cabecero y tenía mucha juventud y con una afición tremenda. Traían los toros de Checa andando por las arboledas de los ríos, y dos días antes ya estaban en el pueblo por la Vega Ondonera pastando y descansando para el día del encierre. se encerraban a las siete de la mañana por el cascajar los arañales subían al recojedero, delante un grupo de hombres y algún caballo con su jinete La Plaza de los toros debajo de la barrera era de barro una tierra arcillosa. los metían en los toriles la gente por el vergel y la barrera viéndolos venir Venían mucha gente de los pueblos de alrededor a ver los toros alguna furgoneta haciendo viajes todo el día y mucha gente a pie, llegaban y se colocaban por los muros de la barrera y del arco de la puerta de la villa.

La plaza estaba cerrada con carros, burladeros, y algún entablado a la parte de abajo, todo abarrotado de gente, la gente les dejaba sitio para que vieran los toros. venían muchos maletillas y algún torero más diestro para matarlos, antes de salir el primer toro ya salían los maletillas con una capa la cogían entre cuatro para que les echaran la propina, la gente echaba lo que podía pero...... salía el primer toro y soltaban la capa y como lo estoy viendo, todo el dinero por el suelo. Para ellos una tragedia, para recoger lo que habían echado.
En el pueblo había mozos muy valientes que salían con la capa y a veces hacían recortes uno por cada lado como hacían muchos burladeros se burlaban del toro y alguno le pillaba el toro, nunca hubo nada serio porque salía los aficionados como una piña a ayudarles,
En una ocasión estaba la tarde amenazando a llover y había un señor de Deza que se llamaba Abundio, este señor si el toro no quería salir de los toriles se metía y lo sacaba con mucha maestría un atrevimiento impresionante y más de alguna vez le costó algún revolcón.
Una tarde se anubla una tormenta, pega unos truenos y cae una tormenta impresionante la gente calada hasta los huesos pero el Abundio allí con el toro, le cogió lo revuelcó, le quito los pantalones allí no se veía más que un fardo de barro de arcilla y el toro ciego rebozándolo. Aquello fue de traca pero el tío que no se rendía. Se hizo famoso con estos episodios, pero no le pasó nada grave, en Monteagudo hizo historia, fue tremendo. Así año tras año con la afición.
Publicado por Felicidad el 14 de Julio de 2014.

Un abrazo.

Publicado por Felicidad.