DEZA: Peribáñez....

El Barranco de Peribáñez.

Es el segundo barranco que encontramos a mano derecha en el término de Deza al subir desde Cihuela por la carretera comarcal 252.
El primer barranco es el del mojón de la Granja de Albalate. Un barranco completamente seco todo el año con mucha historia pues el hombre primitivo habitó desde muy temprana edad en estos parajes y hasta tuvo asentamientos fijos con talleres propios en donde trabajó la piedra para hacer sus herramientas. Lugar de donde nuestros molineros extrajeron las piedras para sus molinos movidos por el agua, copiando a sus ascendientes que ya las usaban para mover sus molinos a mano.
El Barranco de Peribáñez, en cambio es un barranco con abundante agua en aquellos años que la lluvia es abundante o como decimos: En años lluviosos. Su embalse subterráneo rebosa por varios puntos hasta que llega a cierto nivel y cesa en sus actividad acuosa, volviendo a quedarse seco y reseco hasta otro ocasión.
El agua en este barranco fue muy abundante en tiempos pretéritos puesto que el liquido elemento cubrió enormes árboles que quedaron fósiles al igual que infinidad de hojas de diferentes tipos y tamaños, evidenciando que con ello, que aquí hubo extensos bosques poblando estas tierras.

En este enclave se encuentra la piscina del cura, un lugar maravilloso cuando hay agua. Para verlo y sentirlo sobre tu piel.

Un abrazo.

Peribáñez.

Vaya manantial bonito
El que brota en Peribáñez
Cuando el cielo tanto llora,
Por nuestros campos y valles;
Y entre los juncos y yerbas
Por los poros y oquedades
Que sirvieran de guarida
A culebras y alacranes,
Se le revientan las ubres
A la tierra nuestra madre
En el cauce que está seco;
Entre aliagas y nogales,
Donde las abejas liban
La miel en los tomillares
Y la llevan presurosas
Para llenar los panales,
Volando por esos cerros
Que siempre fueron eriales
Y que el hombre aprovechara
Para plantar colmenares.

Donde las zarzas parecen
Un plantío de rosales
Al pie de esas altas piedras
Fósiles de manantiales
Que en otros tiempos formaron
Las aguas que son termales
Y que el calcio que arrastraban
Formaron los pedregales
En cuyos vientres nos muestran
Los troncos de grandes árboles
Que sirvieron de techumbre
Cuando hicieran los corrales,
Donde el tio Grillo encerraba
Sus cabrillas, animales
Que siempre le proveyeron
De leche, de queso y carne.

Y donde el cuervo anidaba
(Ya no lo recuerda nadie)
En el ojo de la esfinge
Que está mirando hacia el valle.
Bajaría allá el Isacio
(Subiendo por la otra parte)
Para comerse las crías
Un domingo por la tarde
Con otros chicos como él
Que matarían el hambre
Ya que el negro de sus plumas
No fuera nunca importante
Pues los ojos del estómago
Jamás miran los detalles;
Y nadie pondría reparos
Ante dos aves tan grandes.

El agua tan cantarina
Cayendo siempre a raudales
Se convertirá en espejo
Donde tú puedas mirarte
Y formará una piscina
Al encontrar un estanque
Y en plena naturaleza
Como te parió tu madre
En la piscina del cura
Ducha y baño podrás darte.

Peribáñez va al Henar
Quiere con ello ayudarle
A que riegue extensas tierras
Incluyendo el Albalate.
Granja que fuera famosa;
Venta que fuera importante;
Que le tocó a San Martín
De la herencia de sus padres.
Lo vemos en las Partijas
Que conservan aún los frailes
Del Monasterio de Huerta,
De Cántavos un trasplante.

El abuelo.

Un abrazo.