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DEZA: En la puesta en marcha de un planta petroquímca, el...

En la puesta en marcha de un planta petroquímca, el jefe de personal tuvo que buscar operarios por toda España y algunos de los escogidos eran sevillanos, entre los que había uno de un pueblo llamado Constantina. Pues bién; cuando estábamos en un curso de formación para la puesta en marcha, un día se decidió hacer una chuletada. Yo por cierto no estuve, desconozco el motivo; pero el amigo en cuestión al preguntarle que tal le había ido, respondía con gracia: "Yo zólo, me comí diesisiete, diesisiete chuletas". Según me explicaron cogía un chuleta y se comía nada más que el centro sin abarrer ni el hueso ni el palo y encima no pobró ni el pan. Así cualquiera. El pobre nunca se las había visto tan gordas.
Han pasado desde entonces, cuarenta y cinco años. Ha cambiado mucho la vida desde entonces; aunque diecisiete costillas o chuletas, son muchas chuletas.
Un abrazo.