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DEZA: Aquellos romanos que se hacían azotar con ortigas con...

En mi pueblo había quien recogía las ortigas, para cocerlas y utilizar ese agua de cocimiento para el aclarado del cabello cuando se lo lavaban.
Alguna vez que otra he sufrido las caricias de las ortigas, sobre todo en los tobillos, y he de decir que me produce escalofríos el recordarlo.
Un saludo, desde Ávila

Una vez fuí con un sobrino a buscar caracoles por la noche y se metió en unas ortigas. Él desconocía dicha planta porque era de ciudad y llevó cuidado en evitarlas. De pronto empezó a gritar. Yo pensaba que le había pasado algo malo y era que como iba con pantalón corto se pinchó en ellas y se puso unas piernas tan llenas de abones, que daba pena verlo. Sufrió lo suyo un buen rato.

Saludos Deza.

Aquellos romanos que se hacían azotar con ortigas con objeto de recuperar su libídino, a mi parecer creo que no merecía la pena tanto sacrificio. Claro que si pierdes esa cosa, casi que pierdes lo esencial en esta vida...

Saludos Deza