Ahora amiga habrá que tomarlas en cazuela de Aragón; aunque yo todavía las puedo tomar en cazuelas fabricadas en Deza por nuestros alfareros y las sopas así tal como dices es como las comíamos en casa, pocas pues a la única que le gustaban era a la abuelita que tenía unos ochenta años. Ella las prefería sin huevo y yo nos me las comía si no había huevo, así que mi madre echaba un huevo revuelto para cinco. Ahora que ya voy camino de los ochenta a mí me gustan de todas las maneras aunque la verdad es que hacemos pocas. Pero mira, creo que a partir de ahora, para una cena ligera, que es lo que nos conviene. En casa, las haremos más a menudo.
Un abrazo Deza.
Un abrazo Deza.