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DEZA: Algo más sobre el Año Nuevo....

Algo más sobre el Año Nuevo.

Aunque ya sabemos algo sobre el Año Nuevo, nunca viene mal repasar un poco de historia. Veamos...

El calendario juliano, que fue llamado así porque fue instaurado por Julio César, estuvo vigente en Europa hasta el siglo XVI. Entonces fue sustituido por el calendario gregoriano, impuesto por el papa Gregorio XIII el 24 de febrero de 1582, por medio de la bula Inter Gravissimas.
Pero ¿A qué obedecía el cambio? ¿Fue un capricho? ¿Un deseo de notoriedad? Ni mucho menos. Ocurre que el calendario juliano, que fue implantado el 45 a. C., acumulaba un desfase temporal que tenía su origen en un inexacto cómputo del número de días con que cuenta el año trópico. Según el calendario juliano, el año trópico estaba constituido por 365,25 días, mientras que la cifra correcta es de 365,242189, o lo que es lo mismo, 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45,16 segundos. Esos más de 11 minutos contados adicionalmente cada año, habían supuesto en los 1257 años que mediaban entre el 325 (año del concilio de Nicea) y 1582 (año del concilio de Trento) un error acumulado de aproximadamente 10 días.
El papa, preocupado porque las fiestas religiosas se fueran desplazando a lo largo del año debido a esta diferencia acumulada y para llevar a la práctica el ajuste propuesto en el concilio de Trento, impuso el actual calendario siguiendo el consejo de los sabios consultados al efecto (entre los que se encontraban el astrónomo napolitano Aloysius Lilio y el jesuita alemán Christopher Clavius) para adecuar el almanaque vigente con el año solar. De tal manera que se suprimieron diez días de un plumazo: al jueves 4 de octubre de 1582 le siguió el viernes 15 de octubre de 1582.
Este año contó, pues, con tan solo 355 días, y es conocido como año corrector.
El calendario se adoptó inmediatamente en los países donde la Iglesia Católica tenía influencia, como es el caso de España, aunque es sus posesiones de ultramar se aplicara justo un año más tarde, según dispuso la Pragmática del 14 de mayo de 1583 de Felipe II. Sin embargo, en países que no seguían su doctrina (protestantes, ortodoxos y otros) no se implantó hasta varios años, o incluso siglos después. Tal es el caso de Hungría (1587), Suecia (1756), Japón (1873), Rusia (1918), Rumanía (1919) y Grecia (1923), por poner algunos ejemplos.
La instauración de este nuevo calendario y el desfase en la aplicación en los diferentes países ha dado lugar a varias anécdotas, entre las que destacan las siguientes:
Se reformó la fecha el 4 de octubre, justo el día de la muerte de Sta. Teresa de Jesús, por lo que fue enterrada el día 15, es decir, al día siguiente.
Miguel de Cervantes y William Shakespeare murieron el mismo día, el 23 de abril de 1616. Pero la coincidencia es solamente de fechas que designan días diferentes, pues cada una de ellas corresponde a un calendario diferente. En el Reino Unido se adoptó el nuevo calendario en el año 1752, lo que supone una diferencia de 11 días entre ambas defunciones.

Un abrazo.