Seguidamente, haremos una recopilación somera de Deza, en tiempos de San Martín y del nacimiento del monasterio de Huerta.
Las raices originarias de nuestro pueblo al igual que las de la mayoría de los pueblos, se pierden en las tiniebals de la historia; pero la abundancia de agua en este enclave de Deza y la fertilidad de sus tierras, es imposible que pasaran desapercibidas para el hombre desde la perhistoria. Por lo tanto su asentamiento sería desde muy antiguo, como se va descubriendo en ciertos parajes, poco estudiados; pero prometedores, de la Peña del Manto y Romerales. En tiempos de los romanos, en los que pertenecía al convento Caesaraugustano de la Provincia de Tarraconense, no nos dejó grandes huellas a pesar de que se cree que su nombre proviene de aquellos tiempos y que su presencia fue real y posiblemente, en principio, con una suerte parecida a la heróica Numancia (?). De la presencia árabe tampoco tenemos grandes vestigios y ninguno de ellos en pie. Restos de un palacio, lienzos de murallas y poco más, sacado de algunos nombres toponímicos y de fuentes. Con todo ello deducimos que posiblemente con buenas investigaciones arqueológicas y documentales quizá se pudiera ir más allá, desandando caminos hasta llegar a la prehistoria. Cosa improbable porque en los tiempos que corren ya han perdido los pueblos casi todo el protagonismo y toda la atención y la política no se interesa por ellos al tener poco valor material para sus intereses. Seguiremos...Un abrazo.
Las raices originarias de nuestro pueblo al igual que las de la mayoría de los pueblos, se pierden en las tiniebals de la historia; pero la abundancia de agua en este enclave de Deza y la fertilidad de sus tierras, es imposible que pasaran desapercibidas para el hombre desde la perhistoria. Por lo tanto su asentamiento sería desde muy antiguo, como se va descubriendo en ciertos parajes, poco estudiados; pero prometedores, de la Peña del Manto y Romerales. En tiempos de los romanos, en los que pertenecía al convento Caesaraugustano de la Provincia de Tarraconense, no nos dejó grandes huellas a pesar de que se cree que su nombre proviene de aquellos tiempos y que su presencia fue real y posiblemente, en principio, con una suerte parecida a la heróica Numancia (?). De la presencia árabe tampoco tenemos grandes vestigios y ninguno de ellos en pie. Restos de un palacio, lienzos de murallas y poco más, sacado de algunos nombres toponímicos y de fuentes. Con todo ello deducimos que posiblemente con buenas investigaciones arqueológicas y documentales quizá se pudiera ir más allá, desandando caminos hasta llegar a la prehistoria. Cosa improbable porque en los tiempos que corren ya han perdido los pueblos casi todo el protagonismo y toda la atención y la política no se interesa por ellos al tener poco valor material para sus intereses. Seguiremos...Un abrazo.