Compramos energía a futuro



Mejores mensajes de BLACOS:
Satur. Una sonrisa acogedora.

Una sonrisa acogedora. Era la carta de presentación de Satur cada vez que se producía el primer “hola” o el último “adiós”. Una sonrisa acogedora envuelta en una voz cálida, cubierta de la mejor seda de la simpatía y envasada en un tono siempre amistoso y cordial. Si tenías la suerte de que fuera ella la primera persona que veías en la vuelta a Blacos disfrutabas de un recibimiento radiante, aunque fuera en esos días oscuros y encogidos del invierno. Y además yo siempre ... (ver texto completo)
Gracias Pablo. Tienes razón, ha sido un olvido imperdonable lo de Angelito. Y más imperdonable cuando él es una imagen fija de mi memoria y un recuerdo continuo de algunos de los mejores momentos de mi vida en Blacos. Ángelito nos enseñó, me enseñó, a ser mejores personas sólo con estar a su lado. Su proximidad nos convirtió a varias generaciones en mejores personas y en unos adelantados en el respeto, cariño, apoyo y solidaridad con una persona que era diferente, excepcional y majestuosamente distinta, ... (ver texto completo)
No Alejandro, totalmente perdonable, lo puntualicè con la mejor intención, después de tantos textos, es normal un descuido. Gracias por todo.
Respecto a los comentarios sobre Angelito, que decir, me identifico con todo lo que has comentado, fuè un honor poder convivir con una persona que te daba lecciones cada día, olvidando dificultades y aferrándose a lo que él más quería, las personas de su entorno. Siempre con alegría, disfrutando de cada resquicio que le permitía su vida, cosas y valores que a los demás se nos olvidan con asiduidad.
Comparto una frase que la tomo también como mía, "fuè una de las mejores cosas que me han pasado en la vida"...
Por eso, gracias otra vez por estos textos tan bien expresados y recibe un cordial saludo.

Pablo ... (ver texto completo)
Esteban, ese cariño de cercanías.

Esteban era una de esas personas en las que crecía el cariño al mismo ritmo que disminuían las distancias. Era un hombre de cariño de cercanías, dueño de esa ternura que manejaba con mano experta, siempre por terreno conocido y sin asustarse de cualquier obstáculo que le pusiera la vida para seguir por ese camino de sensibilidad que circulaba por cada uno de los poros de su cuerpo. Un cariño que se convertía en amor eterno cuando guiaba con esa mano firme a su ... (ver texto completo)
El Toril

El toril fue el cuarto de estar en las fiestas de aquellos años en los que el bigote empezaba a dejar de ser una carrera de hormigas para convertirse en algo más alfombrado y espeso. El Toril es otro de esos escenarios de la banda sonora de mi vida, y seguro que de alguno más de mis generaciones. El Toril era una prolongación del viejo ayuntamiento, justo donde ahora aparcan los coches a la sombra del nuevo edificio y en el mismo sitio en el que en la noche festiva del domingo celebramos ... (ver texto completo)
Hoy 21 de septiembre, vuelve a ser el Día Mundial del Alzheimer.

Hoy, 21 de septiembre, es el último día del verano. Algunos tienen fresco en la memoria esos días de playa y tumbona, esas noches de tertulia y verbena o ese volcán de emociones en el que se convierten las fiestas patronales de su pueblo del alma. Pero hay otros, cada vez más, que no recuerdan a nadie ni nada. No saben si es verano o invierno de luna llena, no recuerdan tener un pueblo, no saben el nombre de sus hijos y jamás pueden ... (ver texto completo)
MÁS RARO FUE AQUEL VERANO QUE...

Como mínimo, es una sensación muy rara celebrar dos veces la Navidad en el mismo año. Pero quizás sea más insólito todavía que al día siguiente de celebrar la Nochebuena, se llenará la plaza para celebrar las doce campanadas y dar la bienvenida al Año Nuevo… un 5 de agosto. Ya es más normal, que el día 6 fuese Año Nuevo, que siempre es justo un día después de la Nochevieja. Hay pueblos y costumbres que adelantan las celebraciones navideñas algunas fechas, pero ... (ver texto completo)
Muchas gracias a los que habéis tenido la idea. Pero desde el principio quiero dejar claro que es una gratitud personal. Un “gracias”, que sólo afecta al que suscribe esta carta. Un tipo que vivió nueve años de su vida en un lugar privilegiado, que le permitía mirar de frente, y sin pestañear, a un olmo que ni estaba seco ni en su mitad podrido, y que eran una referencia fija en la brújula de su vida. Son las gracias de un tipo que vivió y compartió su vida al lado de un olmo que, sin saberlo, escribía parte de mi historia más personal.
Un árbol significa vida, y plantar un árbol significa una apuesta segura por el futuro. Y lo que necesita Blacos es futuro, porque es en el futuro donde se albergan todas las esperanzas. Y en ese futuro tienen cabida los sueños del pasado. Aquel olmo centenario acunó miles de sueños, despertó cientos de presentes, y asentó los cimientos de muchos futuros.
Buena parte de la historia de nuestro pueblo vive guardada en la memoria de un olmo, que, por encima de árbol, era el emblema de unas gentes que nacieron y vivieron de una forma muy concreta. El viejo olmo de los recuerdos se llevó con él vivencias de todos los que durante muchos años transitamos por su sombra, nos acurrucamos en sus siestas de verano o descubrimos que la vida tenía muchos más momentos que reservábamos a la intimidad de sus ramas. Blacos en muchos aspectos era la historia de un pueblo con un olmo en la plaza.
Ayer leía la pancarta de un forofo argentino que decía “ Mi viejo me habló de Maradona y yo a mi hijo le contaré que disfruté de Messi”. Y llevado a nuestro ámbito, me atrevo a decir, “ Yo (su viejo) le he contado a mi hija mil historias del olmo de Blacos. Mi esperanza es que mi hija le cuente a mi nieto que ella conoció el nacimiento de un olmo nuevo en la plaza del pueblo de su abuelo”.
Por eso plantar un árbol es abrir de par en par las puertas de la esperanza. Y yo no pienso quedarme fuera. Lo dicho, muchas gracias a los que habéis tenido la idea. Además de plantar un árbol habéis sembrado el nuevo futuro de vuestro pueblo, de mi pueblo. Gracias.

Alejandro Gonzalo ... (ver texto completo)
Saludos desde Zaragoza.

Con esta entrañable foto que Raúl inmortalizó en este medio quiero dar el pésame a la familia de Sixto. ¡Fuerza y ánimo en estos momentos difíciles de dolor ante la pérdida inesperada de vuestro familiar, también a sus amistades más cercanas. Mis condolencias. Un saludo.

Inmaculada García Verde
Seguro que lo he dicho alguna vez, pero por si acaso. Reconozco que me gustaría hablar de las tradiciones de Blacos, pero no soy capaz porque las pocas que conozco son de oídas y por tanto muy distorsionadas y con pocos argumentos para enhebrar un relato entretenido. Me gustaría contar la historia de las carboneras del Carrascal pero no soy capaz. Me gustaría contar la historia de la cueva Marimiércoles y de ese pasadizo de leyenda que, según algunos, nacía en la entrada de la cueva en Blacos y acaba ... (ver texto completo)
En estas fechas otoñales, o postveraniegas, te acercas a Blacos, te das un paseo por sus calles, buceas hasta en los más pequeños rincones y... lo más fácil es que vuelvas a casa si haber intercambiado ni un simple saludo. Y más allá de una mayor o menor educación, esa situación se produce simplemente porque no has visto a nadie. Usando los poemas de mi viejo amigo Joaquín Sabina, Blacos a estas alturas del año es un cuadro de desolado paisaje. El silencio espeso ha cubierto con su manto hasta el ... (ver texto completo)
La Maldad es una de las características más humanas de algunos humanos. De hecho, según algunos científicos, la palabra Humano viene de una mala traducción del término latino Huff-malus, que traduce malo hasta la saciedad. Se supone que al haber coronado la cadena alimenticia y quedarse sin mayores enemigos naturales, el hombre desarrolló la maldad como medio para controlar la población.
La maldad puede ser definida como la capacidad de cagarse en el prójimo y disfrutarlo, como la tendencia a evitar que a los otros le vaya mejor que a uno, o la compulsión por empeorar lo que ya esta malo, así sea también en perjuicio del que lo causa. Si bien está relacionada con el mal, no debe confundirse con este, pues la primera es una actitud y el segundo una poderosa empresa.

A las personas maldadosas se les puede reconocer por sus cejas arqueadas y risa característica (Muahaha). Pero según algunos entendidos, las personas realmente malas tienen sonrisa bonachona y mirada de estúpido. Esa apariencia inocente es lo que les permite ser peligrosamente perjudiciales. ... (ver texto completo)
Los cambios de estación.

Las rutinas son la mejor medicina para tener las emociones y sentimientos ordenados. Son como los cajones que pintaba Salvador Dali pero con contenidos limpios de polvo y paja y bien cerraditos.

Abriéndolos en el momento justo y para cojer o dejar lo necesario, nos sentimos en equilibrio. Sin embargo un aliciente distinto cada día nos da frescura. Es como poner un perfumador en el cajón o una ramita de espliego o tomillo blaquenses que da mejor rollo.

Somos viajeros ... (ver texto completo)
Cayetano, la luz de la sencillez

Era un hombre afable, o lo que es lo mismo, un hombre sencillo, que inspiraba confianza y de un trato agradable y cordial. Son un conjunto de virtudes que en sí mismas describen a una persona generosa en todas sus virtudes, pero para mí había una que destacaba por encima de todas las demás. Cayetano era un hombre al que nunca oías hablar mal de nadie, y tampoco torcía el gesto cuando el tema del que se hablaba podía no agradarle mucho. Pero es que hay casi una coincidencia unánime en este compendio de virtudes., Los que describen a la persona por su nombre dicen que Cayetano refleja a una persona solidaria, armónica, atenta con los demás y muy cariñoso y comprensivo con su familia. Una auténtica fotografía de Cayetano, hermano de Antonino, Nicomedes, Esteba y Celestino, entre otros. Para los más jóvenes, tío de Alfonso y Chus, también entre otros.
Muchas veces he dicho que Blacos es el resultado de sus gentes. Y Cayetano fue una de esas personas que hacía pueblo, y yo me atrevería decir que mejoraba todo lo que concernía a Blacos hace unos años. Él y su familia eran fijos en los veranos de mi infancia Y juventud. Era difícil saber cuando llegaba, porque su discreción huía de cualquier estridencia. Viajaba por las calles y los bares del pueblo detrás de una sonrisa permanente, en los ojos y en la boca, y rodeado de una mirada limpia, que fotografía a esas personas dignas de conocer, e incluso de admirar. A mí esta gente me tiene ganado de antemano, y yo tuve muchas y muy buenas conversaciones con él a lo largo del tiempo. Y por eso sé que sus ojos brillaban todavía con más intensidad cuando hablaba de su familia, y su sonrisa ampliaba los horizontes cuando hablaba de sus hijos. Lo hacía con la mesura que lo guiaba siempre y la humildad se dejaba notar hasta cuando me contaba que a Miguel Ángel lo habían seguido entrenadores del Español. Era un gran jugador de fútbol, pero eso lo digo yo, porque Cayetano no lo decía con esa vehemencia, `prefería siempre la mesura. Era una persona que participaba en todo y lo hacía con entusiasmo, aunque siempre prefería el segundo plano y dejaba el protagonismo de lado.
Me consta que con el paso de los años aumentó sus dosis de cariño, porque ya no sólo las tenía que repartir con su mujer e hijos, sino que con la llegada de los nietos se convirtió en un abuelo entregado, por los que luchaba como el primero. Una lucha, otra lucha distinta a la que le exigió las adversidades de la vida. Se enfrentó a ella con las mismas armas que le habían caracterizado siempre, hasta que hace unos días se vio superado por las condiciones que establece el contrato de la vida.
Cayetano es un hombre que se merece un recuerdo eterno porque Blacos tuvo durante mucho tiempo un referente, un espejo al que hay que mirarse, porque te devuelve la imagen de un ejercicio de modestia y cordura que cada vez es más necesario en estos tiempos. Su recuerdo presente contribuye al crecimiento de los principios de un pueblo hecho a sí mismo, hecho a base de la presencia de personas que han dejado un poso de afabilidad y sencillez. Hasta siempre ... (ver texto completo)
LA CAMPANA Y EL CARAMILLO

En la ermita campesina,
oro en caldo, a la mañana,
echa, fina,
la campana.

Cuando en ella da la brisa,
dice presta:
Pasa a prisa! ... (ver texto completo)
Susurros del corazón

La tendencia de esta página es la de hablar de recuerdos comunes en torno a Blacos, a sus gentes, a sus costumbres, a sus anécdotas … pero a veces es bueno hablar también de sentimientos, porque en el sentir de cada uno se refleja muchas veces la verdadera historia que compartimos. Y hoy quiero hablar, no tanto de esas palabras dichas en voz alta, que se las lleva el viento en su tránsito de la boca del que las pronuncia al oído de quien las recibe. Quiero hablar de esos susurros, ... (ver texto completo)