BLACOS: Susurros del corazón...

Susurros del corazón

La tendencia de esta página es la de hablar de recuerdos comunes en torno a Blacos, a sus gentes, a sus costumbres, a sus anécdotas … pero a veces es bueno hablar también de sentimientos, porque en el sentir de cada uno se refleja muchas veces la verdadera historia que compartimos. Y hoy quiero hablar, no tanto de esas palabras dichas en voz alta, que se las lleva el viento en su tránsito de la boca del que las pronuncia al oído de quien las recibe. Quiero hablar de esos susurros, amparados en el reflejo de una noche de luna llena, mezclados con las briznas de hierba que nos sirven de cuna a nuestras confidencias. Esos murmullos casi silenciosos que dibujan un proyecto de vida y consolidan una amistad que puede ser eterna. Permanecen impasibles al paso del tiempo porque son verdades que nacen en el corazón y se quedan grabadas a sangre y fuego en la vida de quien las pronuncia y de quien las escucha. Son verdades amuebladas en un presente que tiene trazos de futuro. Los sentimientos pueden debilitarse, o pueden crecer con el paso de los años, pero la sinceridad con la que se pronuncian no se deja arrastrar nunca por el olvido. Y hoy quiero recordar unas noches de verano que cimentaron nuestra amistad, que crearon unos lazos que jamás se pueden romper porque la amistad sincera es un nudo gordiano que ata siempre nuestras vidas. Unas frases, una amistad, que provoca una inmensa alegría cuando todo va bien, y una honda preocupación cuando la vida nos enseña su lado más oscuro. Es una amistad que nos convierte en almas gemelas, y que nos inunda ante el desamparo que provoca la adversidad. Pero al mismo tiempo nos da fortaleza porque sabemos que nuestro dolor, nuestra preocupación o nuestro desconcierto siempre son compartidos por esa complicidad surgida de los susurros de aquella madrugada de ilusión y de esperanza. La compañía de verdad es el mejor antídoto contra la soledad, la amistad es el mejor bálsamo con el que podemos protegernos contra el pesimismo. Habrá alguien que lo entienda desde la primera línea. Y al mirarse al espejo, sus ojos agua marina, le devolverán una sonrisa y su memoria disfrutará del deleite de esos recuerdos. Es suficiente con que sirvan para recobrar fuerzas, y saber que las amistades de verdad están siempre ahí, no tienen porque expresarse, se sabe que son las de verdad y para toda la vida. Nuca estamos solos si hay alguien que nos abrió su corazón para siempre, y que está incondicionalmente en nuestro camino, escondido pero alerta, dispuesto a que esos susurros de luna llena sean más que una promesa, sean la mayor expresión de amistad y cariño.