ROLLAN

Habitantes: 607  Altitud: 804 m.  Gentilicio: Rollaneses 
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Situación:

Rollán es un municipio de la comarca de la Tierra de Ledesma, en la provincia de Salamanca, Castilla y León, España.

Se encuentra situado a unos 22 km de la ciudad de Salamanca en dirección a Portugal. Y está limitado por: Golpejas, La Mata de Ledesma (Pozos y Porqueriza), Canillas de Abajo (Sagos y Canillejas), Barbadillo, Galindo y Perahuy (Santo Tomé de Colledo y Miranda de Pericalvo) y Carrascal de Barregas (Torrecilla de la Valmuza).

Monumentos:

Ermita del Cristo del Humilladero.

Iglesia de San Lorenzo Mártir.

Iglesia de los Santos Mártires.

Cruz de los caídos.

Fiestas:

20 de Enero. Los Martires.

13 de Mayo. La Fatima.

10 de Agosto. San Lorenzo.

Historia:

Los primeros restos que se encuentran por esta zona datan del 200 a. c. Se trata de un verraco de la civilización celtíbera.

También hay vestigios romanos como las dos calzadas cercanas, la de Los Mártires y la que unía Ledesma con Cáceres. El arado romano convirtió a la Villa de Rollán en una de las más importantes por su extensión agrícola. Sin embargo, a pesar de esto, no se ha conservado nada en el municipio que demuestre esta superioridad sobre el resto de las poblaciones cercanas.

Los musulmanes llegaron a la provincia de Salamanca en el año 886 d. C. Permanecieron en ella hasta que en 1085 Alfonso VI los expulsó definitivamente de estas tierras. Durante estos años, las batallas que libraron los caballeros cristianos y los árabes fueron muy numerosas, y diezmaron considerablemente a los habitantes de la zona. La ocupación árabe supuso, además de un enriquecimiento de la cultura, la restricción del culto al cristianismo y la prohibición de las procesiones, entre otras cosas.

En 1102, el conde Don Raimundo de Borgoña casado con la hija mayor de Alfonso VI, inició la reconstrucción y repoblación de Salamanca.

En 1156, algunos caballeros de Salamanca que lucharon contra los musulmanes crearon la Orden Militar de Alcántara, que se encargaría de luchar por el rey y por el cristianismo. La Villa de Rollán perteneció a esta orden, lo que supuso rendirle tributo mediante el pago de la martiniega y a cambio se recibía protección de tipo militar.

Durante la invasión francesa, algunos hombres de la villa entraron a formar parte de la guerrilla dirigida por Don Julián Sánchez el Charro, y participaron en escaramuzas apoyados por los vecinos y gentes del lugar.

Al terminar el siglo XIX, Rollán pasó a pertenecer al obispado dejando atrás el feudalismo de la Orden de Alcántara y que, actualmente, sólo tiene carácter honorífico.

Monumentos y lugares de interés:
- La Fuente de la Madroña.- Paraje donde el 11 de Febrero de 1.810, Don Julian Sánchez "El Charro", al frente de sus lanceros mantiene con los soldados del mariscal Ney (Jefe del VI cuerpo de ejercito) una importante batalla. Son sorprendidos por Don Julián los 200 franceses a caballo que iban acompañados de una unidad de artillería y 150 infantes, derrotándolos y produciéndoles además de 12 muertos, importantes bajas, al tiempo que se adueña de muchas de sus caballerías, una de las cuales sirve para reemplazar el propio caballo de Don Julián que murió en la refriega.

Tiene la Iglesia parroquial de San Lorenzo y dos ermitas, una llamada El Humilladero y otra dedicada a los Santos Mártires, San Sebastián y San Fabián.

Folclore y costumbres:

Costumbres.-

EL DÍA DE AÑO-NUEVO: En tiempos pasados y hasta la década de los años 50, había costumbre en el pueblo que el día primero del año, es decir, el día de año nuevo, salían las clases menos pudientes a "pedir el aguinaldo". Pasaban con una cesta y un fardel por cada una de las casas y "los mas pudientes" solían darles como limosna principalmente garbanzos, tocino, farinatos y quizás alguna longaniza ("de res", "de bofe", o "de gordura", porque las de carne buena estaban mas escasas). Como agradecimiento, a los donantes se les despedía con un "Dios se lo pague" o "Que Dios le de salud para hacer tan buenas obras", quedando encartados para el año siguiente.

LA VÍSPERA DE LOS MÁRTIRES: Es decir, el 19 de Enero, víspera de la fiesta de San Fabián y San Sebastián, "los mayordomos", también hasta esa década de los 50, acostumbraban a traer un carro de leña que se descargaba bien en la plaza o bien en "el juego pelota" para hacer la "hoguera de los mártires" y desde dicha década ha desaparecido esta costumbre.

LA BORRACHERA: Se celebra aún hoy en día, aunque se ha pasado al sábado mas cercano. Todos los años el día de San Blas (2 de Febrero) el Ayuntamiento invita a todo el pueblo a "vino, pan y escabeche con aceitunas" mientras se celebra "LA SUBASTA DE LOS ABREVADEROS" (Eran los trozos de terreno con pasto que existen junto a las charcas públicas y terrenos de pastizal propiedad del Ayuntamiento que antiguamente se destinaban a basureros. Esta ha costumbre aunque se mantiene, cada día va degenerando mas hacia las reuniones de pandillas en las que no solo se come el escabeche, sino que ahora ya se acompaña de embutidos recientes de la última matanza que en esta época está ya semicurado y algunos quesos y aguardientes que cada uno aporta. Otros ya van pasando al tostón y cordero asado. Después de esta rica merienda, viene lo mas importante LAS PARTIDAS DE CARTAS Y DOMINO. De una manera especial LA SUBASTA Y LA GUERRILLA.

CARNAVALES: Costumbre que poco a poco se va perdiendo debido a que las cuadrillas de "mozos y mozas" van siendo cada vez mas pequeñas y a que ya no se llevan con la rigurosidad de las fechas que había antes, (tus amigos tendrían la edad que fuera, pero en carnavales, era sagrado. Tu te juntabas con los que eran de tu quinta, es decir, con los que habían nacido el mismo año que tú. Después de carnavales, te volvías a juntar con tus propios amigos, pero en carnavales, era sagrado, cada uno con los suyos.
Antiguamente estaban formadas por cuatro cuadrillas, a saber, de mayor a menor:

LOS QUE SE VAN.- (Eran los mas mayores) Los que se marchaban a "La mili", Eran los que a lo largo de ese año cumplían o habían cumplido ya la edad de 22 años.

LOS QUE PIDEN EL PUEBLO.- Eran los que a lo largo del año cumplían 21 años. Su misión era salir por el pueblo casa por casa "pidiendo pa los quintos". Se solía llevar un burro o caballo viejo totalmente adornado de cintas y con unas "aguaderas" que acompañaba a la comitiva que iba "haciendo ruido con trompetas y latas para darse a notar. También tenían como misión LAVARLE LA CARA A LAS MOZAS. Al llegar a cada una de las casas donde existía alguna soltera, además de pedir la limosna correspondiente que entonces solía ser alguna longaniza, algunos huevos (para eso eran las aguaderas llenas de paja) o bien dinero en efectivo, se obligaba a que saliera la soltera y (o bien su madre, o ella misma) en aquel entonces sacaba el palanganero con su palangana y la toalla correspondiente y (por mucho que intentase negarse) se le lavaba la cara por alguno de los quintos (normalmente al que mas le gustase) en el 99% de los casos entre las risas de los asistentes y el "cabreo" de la moza.
Eran los que ese año "se sorteaban para ver donde iban a cumplir con el servicio militar para hacerse soldados. Lo mas temido entonces era ir a África (Sidi Ifni, Guinea, Ceuta, Melilla, Tetuán, Larache o alguna de las islas Canarias).

LOS QUINTOS: Eran los que durante el año cumplían 20 años. Su misión era CORRER LOS GALLOS. Este hecho consistía en que en uno de los caminos del pueblo se colocaban dos carros empinados con las pértigas mirando una hacia la otra, haciendo una especie de puente unidos con una soga o maroma de la que se colgaba un gallo atado por la patas y con la cabeza hacia abajo. Por debajo de dicho puente, pasaba cada uno de los quintos montado en su caballo totalmente enjaezado, que hostigado por los tralleros cruzaba "al galope" mientras que el quinto trataba de arrancar con la mano la cabeza del gallo. Después el macabro espectáculo terminaba con una carrera entre los caballos participantes.

LOS TRALLEROS: Eran los mas jóvenes, personas que a lo largo del año cumplían o habían cumplido ya 19 años. Su misión era únicamente la de hostigar a los caballos el día del domingo carnaval por la tarde que era la fecha clave para ellos, pues una vez "corridos los gallos" terminaba su actuación. Para ello, además de los sombreros con sus cintas, normalmente usaban una especie de "blusa de cerero" y portaban la tralla correspondiente colgada del cuello.

LA FIESTA DE SAN LORENZO:
La fiesta de San Lorenzo (10 de Agosto) ha desbancado por completo la de los mártires (20 de Enero). Esta que antiguamente era LA FIESTA DEL PUEBLO, ha pasado a ser una fiesta de segunda y mas bien con carácter religioso para dar paso a la fiesta del verano por excelencia. Llega a ser la mas importante de la comarca, no en vano llegan a venir forasteros de toda la comarca inundando el pueblo de coches en todas las calles y plazas. Suelen hacerse varios días de fiesta y aunque algunos años pretendieron establecer la capea de vaquillas, ésta no ha llegado a consolidarse y ha desaparecido. No así la sardinada que cada vez recibe mas popularidad y de año en año se va agrandando llegando incluso ya a (además de las sardinas) obsequiarnos el pueblo a todos los asistentes con "panceta y costilla" para asar. Otro de los acontecimientos bastante consolidado en estas fiestas es "el partido de pelota". Llevamos ya mas de 30 años consecutivos sin que falte un partido de pelota a mano compuesto por dos parejas de semi-profesionales (unas veces) y profesionales otras que hacen la alegría no solo de los del pueblo sino también de los forasteros de los contornos. Entre los pelotaris, casi todos los años juega algún hijo de PACO EL GALGO DE SANDO, y hasta no hace muchos años el mismo Paco, con sus 60 años a la espalda. También llevamos varios años consecutivos que nos invita el Ayuntamiento a Paella, plato que está de moda en casi todos los pueblos de los contornos en sus fiestas patronales.

El blasón de la Villa de Rollán está formado por un escudo modelo español y como timbre, la corona real cerrada española de la monarquía borbónica. El escudo está dividido en dos cuarteles simétricos. En el diestro, de fondo rojo, aparece una corona de infante que responde al señor de la Villa, Don Luis Antonio Jaime, sexto hijo de Felipe V. Y en el siniestro, de fondo blanco, aparece la Cruz de la Orden de Alcántara.