¡Y no es cuestión baladí!
Hay motivos suficientes en estos momentos para pensar que en el recién estrenado año actual 2016 en el que tantas veces miles de personas se habrán dirigido mutuamente la consabida frase de! Feliz Año Nuevo!, a la vista de los acontecimientos políticos que a todos nos afectan, más bien parece por lo que estamos viendo hasta aquí a través de lo que nos transmiten los medios de comunicación, más bien parece que el horizontes no es todo lo halagüeño que cabría esperar salvo que se corrija la trayectoria en el curso del mismo. Los acontecimientos políticos afectan a casi todos los órdenes de la vida social y económica de los ciudadanos, y por tanto, a la convivencia pacífica y feliz en las consabidas dimensiones de la misma.
Se ha hecho referencia en multitud de ocasiones, por otra parte, al texto de alto calado político contenido en el artículo 155 de la Constitución Española de 1978 tantas veces mencionados en el último trimestre de 2015 y lo que va del actual, como si la interpretación del mismo en uno u otro sentido, fuera una de las claves que afectan a la convivencia social del conjunto de los españoles como consecuencia de los acontecimientos que están sucediendo en la Autonomía de Cataluña. Precisamente hoy, domingo 10 de enero de 2016, ha culminado con la pretensión de los actuales dirigentes políticos de la misma, el haber llevado a cabo uno de los últimos actos oficiales que darían lugar a la independencia política de la misma rompiendo de este modo la configuración geográfica y política actual de España sin más fundamento que la subjetiva interpretación de dicho artículo 155 por parte de los dirigentes de la misma, amén de otros conceptos jurídicos de no menos rango.
El texto del referido artículo 155 de la Constitución, para los que no lo recuerden, es del siguiente tenor: 1) "Si una Comunidad Autónoma no cumpliese las obligaciones que la Constitución u otra leyes le impongan, actuare de forma que que afecte gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado en caso de no ser atendido, podrá adoptar las medidas necesarias para obligara aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general". 2) "Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las Autoridades de las Comunidades Autónomas".
Y a mayor abundamiento: "En la Constitución de 31 de octubre de 1978, -repito- aprobada por los españoles en referéndum, se dice también: Artículo 1, apartado 2, "La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan todos los poderes del Estado." Cataluña forma parte de ese mismo Estado español. Y además: "la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación Española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
No obstante, seguimos confiando en que éste será un nuevo año 2016, tan feliz como lo anteriores, y así se lo deseamos a todos los españoles, incluidos los que quieren dejar de serlo.
Hay motivos suficientes en estos momentos para pensar que en el recién estrenado año actual 2016 en el que tantas veces miles de personas se habrán dirigido mutuamente la consabida frase de! Feliz Año Nuevo!, a la vista de los acontecimientos políticos que a todos nos afectan, más bien parece por lo que estamos viendo hasta aquí a través de lo que nos transmiten los medios de comunicación, más bien parece que el horizontes no es todo lo halagüeño que cabría esperar salvo que se corrija la trayectoria en el curso del mismo. Los acontecimientos políticos afectan a casi todos los órdenes de la vida social y económica de los ciudadanos, y por tanto, a la convivencia pacífica y feliz en las consabidas dimensiones de la misma.
Se ha hecho referencia en multitud de ocasiones, por otra parte, al texto de alto calado político contenido en el artículo 155 de la Constitución Española de 1978 tantas veces mencionados en el último trimestre de 2015 y lo que va del actual, como si la interpretación del mismo en uno u otro sentido, fuera una de las claves que afectan a la convivencia social del conjunto de los españoles como consecuencia de los acontecimientos que están sucediendo en la Autonomía de Cataluña. Precisamente hoy, domingo 10 de enero de 2016, ha culminado con la pretensión de los actuales dirigentes políticos de la misma, el haber llevado a cabo uno de los últimos actos oficiales que darían lugar a la independencia política de la misma rompiendo de este modo la configuración geográfica y política actual de España sin más fundamento que la subjetiva interpretación de dicho artículo 155 por parte de los dirigentes de la misma, amén de otros conceptos jurídicos de no menos rango.
El texto del referido artículo 155 de la Constitución, para los que no lo recuerden, es del siguiente tenor: 1) "Si una Comunidad Autónoma no cumpliese las obligaciones que la Constitución u otra leyes le impongan, actuare de forma que que afecte gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado en caso de no ser atendido, podrá adoptar las medidas necesarias para obligara aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general". 2) "Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las Autoridades de las Comunidades Autónomas".
Y a mayor abundamiento: "En la Constitución de 31 de octubre de 1978, -repito- aprobada por los españoles en referéndum, se dice también: Artículo 1, apartado 2, "La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan todos los poderes del Estado." Cataluña forma parte de ese mismo Estado español. Y además: "la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación Española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
No obstante, seguimos confiando en que éste será un nuevo año 2016, tan feliz como lo anteriores, y así se lo deseamos a todos los españoles, incluidos los que quieren dejar de serlo.