En contraste con lo que sucede en los pueblos y aldeas que integran las zonas rurales de las provincias del norte de España, en las de la meseta castellano-leonesa a la cual pertenece nuestro pueblo, no existe la costumbre de la aportación económica por parte de los vecinos a los gastos de los festejos patronales, cirunstancias, éstas que siguen existiendo. Pero ello es así, no porque mis paisanos ni los de los otros pueblos de esta parte sean gente tacaña, sino que, entre otras razones, pueden serlo por estas tres principales: la 1ª, que nunca se les ha propuesto a través de la correspondiente Comisión de Festejos elegida ad-hoc; la 2ª, que por la misma razón, desconocen qué tipo de festejos y la evaluación del gasto según baremo calidad-precio; y 3ª y principal, que las posibilidades económicas de los más de dos tercios de la localidad, hasta que aquí se inició la emigración (los del norte la tenían a la puerta d casa), era absolutamente desproporcionada en el noventa por ciento de los casos ante ese otro diez por ciento que acaparaba la práctica totalidad de la riqueza local, y por ello, no les estaba permitido a los primeros la aportación de cualesquiera cantidad por mínima que ésta fuera.
El minifundio de los pueblos del norte, ciertamente puede ser minifundio, pero lo es para casi todos, pero con la peculiaridad de que todos o casi todos poseen lo suficiente en cuanto a posibilidades económicas para permitirse una vez al año contribuir a los gastos de los festejos. Son igualmente distintas las costumbres, pues mientras en éstos prefieren amenizarlas con excelentes orquestas como base, en los nuestros son las taurinas de las vaquillas o equivalentes, cuyo costo nada tiene que nvidiar a aquéllas. Pero sobre todo, los que contribuyen con su peculio al gasto de los actos, indudablemente los afectados las consideran más propias y más "suyas" que los nuestros. ¿Cuál de ambas modalidades consideramos más apropiada?. No estaría mal que lo manifestaran aquí. Sería interesante.
Saludos con dulzaina (ó dozaina) y tamboril.
El minifundio de los pueblos del norte, ciertamente puede ser minifundio, pero lo es para casi todos, pero con la peculiaridad de que todos o casi todos poseen lo suficiente en cuanto a posibilidades económicas para permitirse una vez al año contribuir a los gastos de los festejos. Son igualmente distintas las costumbres, pues mientras en éstos prefieren amenizarlas con excelentes orquestas como base, en los nuestros son las taurinas de las vaquillas o equivalentes, cuyo costo nada tiene que nvidiar a aquéllas. Pero sobre todo, los que contribuyen con su peculio al gasto de los actos, indudablemente los afectados las consideran más propias y más "suyas" que los nuestros. ¿Cuál de ambas modalidades consideramos más apropiada?. No estaría mal que lo manifestaran aquí. Sería interesante.
Saludos con dulzaina (ó dozaina) y tamboril.