POVEDA DE LAS CINTAS: LOS COMIENZOS DE LA MOTORIZACIÓN POVEDANA. Probablemente...

LOS COMIENZOS DE LA MOTORIZACIÓN POVEDANA. Probablemente serán muy pocos los que recuerden cuáles fueron los primero vehículos que circularon por nuestro pueblo con motor de explosión, cuyos dueños eran povedanos y vecinos de la localidad, (en aquel tiempo, el Caño Viejo aún seguía cumpliendo su cometido a pleno rendimiento). Dichos vehículos fueron los primeros que, en rigor, prestaron "servicio público" de viajeros a nivel local. Hasta donde a mí me alcanza la memoria, inició el ciclo una camionetilla tipo "Fiat", cuya capacidad volumétrica de carga no superaría los tres metros cúbicos, y la de carga, no más de unos 200 kilos. Su dueño: Manolo "el Molinero". Los clientes, en términos generales, los mozos del pueblo. En esa "furgonetilla", con la excepción de hasta tres de estos mozos que "apretujaos", además del conductor, se metían en la cabina, los demás, en número indeterminado y a la intemperie, lo mismo en invierno que en verano, todos ellos jóvenes en edad de pretender, se desplazaban a las fiestas de los pueblos vecinos, generalmente en horas nocturnas, encaramados a la caja de la misma sin más cinturones de seguridad ni otras zarandajas técnicas que las que pudieran aportar aferrándose donde y cómo pudieran para no salir despedidos de la misma durante la marcha. Una de las noches (los desplazamientos, eran casi siempre nocturnos), yendo por el camino "palacios" en dirección a este pueblo con motivo de la fiesta de Las Candelas, camino de herradura que todos conoceis, en noche cerrada de oscuridad absoluta, a duras penas atenuada por la luz de lamparilla que salía de los faros de la "Fiat", alguien le preguntó a Manolo: " ¿Cómo aciertas a no salirte del camino si apenas se vé nada y a poco que te descuides nos vamos a las tierras?, a lo que contestó, "Pues lo mismo que tú cuando vás en bicicleta por el camino El Villar lleno de charcos y barro y sólo te salvas si aciertas a no salirte de las roderas que yo he dejado el día anterior". Poco después, desaparecida la furgoneta, se cubrió la vacante con otro vehículo, en este caso "importado" por Demetrio de la Torre, hombre a la sazón soltero que había cumplido la "mili" en automovilismo, y por ello, experto en la materia. La sabiduría popular povedana, vista la configuración del nuevo automóvil, de seguida lo "bautizó" con el sobrenombre de "el Rácano". Creo recordar que se trataba de un "citroën" con carrocería "tipo deportivo" para la época, pero con veinte años de antigüedad, es decir, de un sólo volumen para pasajeros y ostentoso portamaletas, que, en lugar de destinarlo para tal fin, no sé como, pero en él se metían cuatro o cinco personas. Yo no llegué a verlo pero me dijeron que un día llegó a transportar hasta a 16 pasajeros. Y no me costa que hubiera problemas de accidente ni de otra clase. Los caminos de herradura seguían siendo los mismos. Si esto no es destreza o ingenio, ya me dirán lo que es. Poveda también tiene su historia del motor. Saludos.


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