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POVEDA DE LAS CINTAS: La implacable "sequía" actual que devora bosques, prados...

La implacable "sequía" actual que devora bosques, prados y sembrados, al parecer también ha llegado a este lugar de los dimes y diretes povediles, circunstancia ésta que fácilmente puede apreciarse en que, a lo más que se llega en los muy contados que aparecen, es al clásico "hola Pepe, qué tal te va; si hombre, si yo también me acuerdo de tu hermano Juan, y de que formábamos pandilla con Robustiano, Pascasio y Celedonio cuando íbamos a perdices". En suma que, en cuanto a ideas propias de raíces povedanas, salvo la de los parentescos ó merendescos, prácticamente cero. Por tanto, que en lo de crear nuevos temas de información ó conversación relacionados con la villa, pese a la invitación que encabeza este bonito rincón precisamente regalado para dicho fin, tipo "made in poveda", parece que se nos ha oxidado la pluma.

Pero mira por donde, ha sido "brujita" la que, sin proponérselo, ha tocado el tema de los apodos, vulgo "motes", que, por supuesto, tiene su "aquél" e invita a conocer algo más de la historia povedana. Y hasta, estrujándolo, propicia tema para rato y además interesante pues la sonoridad de los mismos y lo que encierran en la historia que dio lugar a su aparición podría dar ocasión, inclusive, a todo un singular "culebrón" local que abarcara hasta a tres generaciones. Sé que hay quien podría hablar largamente sobre el tema, pero hace falta que se anime.

En Poveda, como en todos los demás pueblos, ha habido apodos para dar y tomar, desde largas dinastias familiares (los Guindillas, los Chamoscas, los Cucos, los Mingos), hasta los de carácter individual ("el Vivillo", "El Tostao", etc.), pero lejos de ser considerados como apelativos que conllevan alguna carga despectiva, antes al contrario, se consideraban como el mejor "pedigrí" e quien lo había recibido, mas bien, por méritos merecedores de elogio.

Como sé que aquí hay paisanos que saben un "rato" de todo ello, a ver si se animan y nos cuentan aquí la historia povedana describiendo las biografías de los que, por unas causas u otras, han formado la del pueblo que nos es común a los demás.

Con un cordial saludo colectivo y de buen humor.