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POVEDA DE LAS CINTAS: ... constituyen el choque frontal entre los viejos...

... constituyen el choque frontal entre los viejos y los nuevos tiempos.

Climatológicamente hablando, parece que los actuales son siempre o casi siempre los mismos. Y en todo caso, con muy ligeras variaciones. No obstante, cierto es que las lluvias invernales de años ha, por sólo citar uno de los ejemplos significativos del cambio, al menos en la meseta castellana han pasado a ser raquíticas en comparación con aquellos ciclos de décadas atrás en que, cuando entraban las borrascas por el oeste anunciadas por Mariano Medina, más conocido por "el hombre del tiempo" en la TV de su época, finalizaba casi siempre sus pronósticos invernales citando como posibles o necesarias el uso de las cadenas para transitar por las Portillas del Padornelo y de La Canda, puertos de montaña ambos entre las provincias de Zamora y Orense. La lluvia entonces caía sin cesar durante semanas enteras a partir de octubre, y las citadas Portillas, casi siempre con problemas de tránsito por nieve o hielo desde diciembre a febrero. Ahora..., ¡como si hubieran desaparecido del mapa!. Nadie se acuerda de ellas. Hasta cruzar el aprendiz de rio que cruza nuestro pueblo resultaba problemático en aquellos largos inviernos por las avenidas que tales lluvias propiciaban. Ahora, repito,... casi es un milagro que ¡un sólo día en todo ese tiempo lleve la imprescindible para arrastrar las inmundicias que en su lecho se depositan por el viento a lo largo de todo un año!. Los manantiales se secaron en su totalidad.

Más si esto ocurre en lo climatológico, en la vida real del acontecer diario afectando a los ciudadanos, éstos se han visto transformados en su quehacer cotidiano en mil y una circunstancias, hasta el punto de que, los que han conocido aquéllos de las lluvias copiosas y los actuales del poco menos que secarral, paréceles que han pasado a un mundo distinto en todos los órdenes: en lo social, en lo económico, en las costumbres, en las formas de entender la vida y la organización de la misma, y en un sinfin de cuestiones más afectando a nuestras vidas, particularmente en el orden político-social y sus consecuencias, cuyo ámbito alcanza cotas que afectan a la práctica todalidad de nuestra existencia. Y es, quizá en el ambiente rural más que en ningún otro, donde más se ha transformado, cambio que yo entiendo como afortunado en términos generales, tanto en lo económico como en el de bienestar social, si bien con contrapartidas que dejan en alguna medida retazos que desear comenzando por la despoblación de las mismas y el desarraigo que tal situación comporta. Nuestros pequeños pueblos son como asilos de personas mayores que se sostienen con las pensiones de la Seguridad Social y los servicios que ésta presta. Desde la perspectiva de la calidad de vida, indudablemente ésta se ha visto transformada a mejor, fundamentalmente para las personas mayores y éste es el más claro indicio de la progresión beneficiosa de las atenciones recibidas a través de los medios actualese alcanzando cotas de senectud jamás soñadas, fruto sin duda de una organización político-social que paulatinamente ha ido mejorando a través de los tiempos en todos los órdens y particularmente en el de los que ahora se denomina el de la tercera edad.

Este fenómeno sociológico comporta infinidad de valoraciones y sus orígenes, proceso al que, aquí me gustaría invitar a todos los que aquí escriben para que, aún limitándose al pequeño ámbito local, se manifestaran aportando sus conocimientos y sus experiencias.

Saludos de un povedano más.