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POVEDA DE LAS CINTAS: SUS ORÍGENES Y SUS CONSECUENCIAS....

SUS ORÍGENES Y SUS CONSECUENCIAS.

De un tiempo a esta parte ha adquirido extraordinaria notoriedad y virulencia el fenómeno sociológico de los indignados. Tan es así que, teniendo sus orígenes en nuestra sufrida España, el evento ha sido importado por diversos países, algunos de ellos tan significados como Francia, Italia, Gran Bretaña, Estados Unidos, etc. etc., con la particularidad de que, el hecho de su carta de nacimiento en el nuestro está más que justificada por cuanto, aquí no es que estemos indignados, estamos INDIGNADÍSIMOS.

Es evidente que en la evolución del fenómeno hay materia para llenar más páginas que las que se emplearon en la edición del Quijote. Pero antes de entrar en materia, quiero hacer un inciso: deseo felicitar efusivamente a Adrián, perdón, quiero decir a Soso, por la excelente imaginación que nos regala con su trilogía literaria integrada por "la leyenda", "el santo varón" y "el chalán y el galgo". Dicho lo que precede, pasemos al grano.

Para empezar, citemos unos cuantos datos de rabiosa actualidad en los que nadie repara porque se ventilan en las alturas en concepto de usufructo destinado a una serie de privilegiados que los disfrutan -los políticos- cual tributo de suculenta subvención aportada por los ciudadanos de a pie y en base a la más "indignante" legalidad, elaborada y respaldada por los que la usufructúan en provecho propio como alcabala obligada de los tiempos modernos, misión que aquí se cumple a rajatabla a través de la presión fiscal de los impuestos, fundamentalmente a través de los indirectos, cuyo exponente más significado lo constituye el IVA, que lo es por excelencia y, por tanto, es el más injusto de los que existen en cuanto grava indiscriminadamente y por igual tanto a ricos pudientes como a pobres desvalidos.

Seamos explícitos. Los partidos políticos que alcancen representación parlamentaria recibirán 0,83 euros por cada voto conseguido para el Congreso y 0,33 para el Senado, es decir, en total, 1,16 €. Por cada diputado y cada senador se embolsarán, además, 21.633 euros, y así, ejemplo, si el partido popular consigue once millones de votos y 250 parlamentarios, entre senadores y diputados, los contribuyentes españoles, todos, no sólo los afiliados a este partido, pondrán a disposición del Sr. Rajoy, la sabrosa cantidad de una cantidad próxima a los veinte millones de euros. A ello habrá que sumar lo que ingresarán PP y PSOE y los demás partidos que alcancen representación parlamentaria, por cada elector, 0,22 euros. Además de todo ello, tendrán correo gratis total y publicidad también gratuita impuesta a los medios de comunicación públicos en contra de la opinión de sus profesionales, y por ello, con grave lesión, obviamente, a la libertad de expresión.

La astronómica cantidad resultante de semejante dispendio costará a los contribuyentes, dicho sea metafóricamente, sangre sudor y lágrimas. La campaña electoral, por tanto se sufraga por todos los españoles, y así, como se dispara con pólvora ajena, los partidos organizan colosales parafernalias en plazas de toros y otros caudalosos recintos. Si todo esto resulta escandaloso, especialmente en época de crisis, lo más INDIGNANTE es que son los propios partidos los que fijan jueces y parte y las cantidades de dinero público con las que se van a enriquecer. Y además, que no se da una sola explicación. ¿Por qué se ha asignado 1,16 euros por cada voto conseguido?, ¿Por qué 21.633 euros por cada diputado y por cada senador?. Y si se hubieran fijado el doble o el triple de esta cantidad, sería igual, es decir, todo quisque a callar pues nos topamos con los sacrosantos padres de la patria.

Estas reflexiones que no son más que la punta del iceberg, y por supuesto una más de las que crea indignación, por hoy creo es suficiente para justificar el fenómeno al que me refería al principio. No obstante, también merece un análisis ésta, no porque no esté suficientemente justificada, que lo está, sino por el aprovechamiento que algunos listillos hacen de ella. Y a todos esto, cinco millones de parados, y de entre ellos, no sé cuantos con el subsidio de desempleo agotado. ¡Y... aún falta lo más importante!. Al tiempo.

Saludos electivos.