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LAGUNILLA: Ahí, abandonado, medio cubierto por la vegetación y...

Ahí, abandonado, medio cubierto por la vegetación y con alguno de sus elementos perdidos, pero con sus pilares de granito en pie, aparece el “potro” para herrar vacas y bueyes. Este patrimonio del mundo rural, desaparecido en la inmensa mayoría de los pueblos de nuestra geografía, bien merecería la pena adecentar el lugar de su ubicación y reponer aquellos elementos, como el yugo, que le faltan. El patrimonio que las generaciones que nos precedieron nos legaron, debe ser conservado; no solo como elemento decorativo del lugar donde se ubiquen, también como recordatorio de una profesión desaparecida, como lugar de tertulia o cambio de pareceres entre quienes se reunían en torno a él para calzar al ganado; como una forma de que las generaciones presentes y futuras sepan de su utilidad; conozcan que en el pasado el acarreo de piedras para la construcción de casas y casillones; la mies segada, el grano y la paja se transportaban a lomos de animales o tirando de carros y otros artilugios; que en las labores del sembrado de cercados se hacía con la fuerza bruta de vacas y caballerías; estas bestias sufrían el desgaste de sus pezuñas y quedaban inservibles y para evitar en lo posible el daño de las mismas y alargar su vida útil, eran herradas o calzadas con piezas de hierro y el lugar donde se hacía eso era el potro.