LAGUNILLA: En esos extremos de tierra austera, el brezo, la jara,...

Lagunilla.

Tierra austera y extrema, geológicamente dividida por canchales de granito y pliegues de pizarra. Valles estrechos y profundos con numerosos arroyos, silenciosos en verano y estruendosos con las lluvias de otoño los acoge el río Cuerpo de Hombre camino del Alagón. Cerros para otear trescientos sesenta grados de autentica naturaleza, majestuosos castaños y extenso robledales, una tupida floresta que todos los otoños se pinta de mil colores. Un placer para los sentidos perderse en sus bosques con parsimonia, disfrutar del fruto de su tierra con todo el cuidado que merece algo que se estima.
Por todo ello me gusta este pueblo, no es el más típico ni el más bonito, tampoco el más rumboso de la sierra, quizás el más alejado de la capital?. Pero nadie le quitará sus límpidos y azulados cielos en primavera, serenos e inmaculados en las noches de verano, su enclave y su numerosa gente que lo añora y desearía estar en él más a menudo. Es mi pueblo, no por tener patente de propiedad, sino por reconocerme en el después de tantos años de residir alejado como el lugar donde he disfrutado de y con las personas que me han dejado honda huella.

Un saludo y feliz verano.

En esos extremos de tierra austera, el brezo, la jara, castaños y olivos de entre granito y pizarra recogen uno a uno los recuerdos de muchos, las nostalgias de los otros y la más pura lucidez del deleite de todos los demsás. Callada o en voz alta, la memoria nos deja ser parte de ese cuerpo que nos sigue dando vida. Por eso regresamos y sabemos que la raíz nos nombra.