A pesar del carácter pesimista de Gracián, en estos dichos, sentencias, aforismos…, observo que, a pesar de la decadencia que se siente ya en los primeros años del reinado de Felipe IV, llamado El Grande o Rey Planeta, describe la situación física del país de forma real, de tal manera que aquello que detalla como inconveniente o debilidad, le da la vuelta o busca el contrapunto en algo más agradable o positivo, resalta lo que hoy conoceríamos como fortalezas.
Sin duda, ese pensamiento pesimista, tenía mucho que ver con la época en que nació y le toco vivir; en sus estudios y formación religiosa; en el barroquismo imperante en aquél momento; la recesión económica en Europa, que en España se notó más por estar en permanentes conflictos militares en el exterior, lo que conllevó a una subida de impuestos, al secuestro de las remesas de metales preciosos procedentes de América (¿un corralito argentino?), a la venta de cargos públicos, a la manipulación monetaria, etc. con el fin de generar nuevos recursos con los que paliar la crisis económica.
Durante su existencia se vivieron importantes hechos políticos y militares en los que el país se vio envuelto, como: Revueltas en los territorios de Nueva España (Méjico) de 1624 a 1628; conflicto en el interior peninsular, Portugal en pos de su independencia (1640); Cataluña envuelta y encerrada en si misma se sublevaba al no querer aportar la cuota de soldados que le correspondía según el proyecto de Unión de Armas proyectado por Olivares, proclama la República y posteriormente se echa en manos de Luis XIII de Francia; los nobles andaluces, tampoco quieren pagar, y conspirar en aras de crear en el sur de la Península un reino independiente; Aragón quería desligarse de las ataduras castellanas, en fin, que el patio comunal estaba revuelto. También el patio europeo se encontraba en efervescencia, está en pleno desarrollo la Guerra de los Ochenta Años (1568-1648, Holanda logra su independencia); solapada a la anterior, la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), con escenario principal en Alemania y los territorios españoles de Flandes y América, combatiendo contra Holanda, Inglaterra, Francia, Imperio Sueco, Sajonia, que atacaban tanto las costas americanas como peninsulares. Con Francia se prolonga el conflicto hasta 1659, Paz de los Pirineos.
Consecuencia de todos esos conflictos, además de muerte, destrucción y miseria: Pérdida de la unidad peninsular, Portugal consigue su independencia, Holanda la suya, Inglaterra se queda con Jamaica, Francia –la que mejor sale- incorpora a su territorio metropolitano plazas y ciudades en el Canal de la Mancha y próximas a la frontera belga y luxemburguesa, Alsacia, Lorena, el Franco Condado (herencia de Carlos V), territorios en Italia, el Rosellón (Cataluña desmembrada) y la parte occidental de La Española. Además, con un hecho de armas trascendental, la infantería española había sido aniquilada en Rocroi, lo que vino a suponer la decadencia definitiva de los Habsburgo, siendo sustituidos por los Borbones y Francia como primera potencia continental.
A pesar de todo, en 1624 Richelieu, coetáneo de Gracián, pero con un enorme poder político y rival de monarquía hispánica dirigía una carta a Luis XIII de Francia, que G. Hanotaux transcribe en su historie du Cardenal Richelieu: No se puede dudar de que los españoles aspiran al dominio universal y que los únicos obstáculos que hasta el presente han encontrado son la distancia entre sus dominios y su escasez de hombres.
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