Las fiestas pasaron y el verano está a punto de fenecer. Casi todos estamos en nuestros quehaceres habituales. Los pequeños se incorporaron a sus guarderías y colegios; los jóvenes regresaron al instituto o a la Universidad; quienes todavía estamos en activo y tenemos la suerte de tener empleo, hemos vuelto a nuestro puesto. Los mayores, en buena parte, regresaron a sus cuarteles de invierno a cuidar de los nietos o a retomar sus revisiones y controles médicos o simplemente a disfrutar de una jubilación tan merecida.
El caso es que numerosas casas en los pueblos aparecen con los postigos cerrados, volviendo el silencio, la rutina a esos lugares, en los que la despoblación hace tiempo se convirtió en dueña y señora, acentuándose en este comienzo de curso por la ausencia de algunos de sus habitantes que nos dejaron para siempre o marcharon a otros lugares en compañía de sus hijos o para ingresar en residencias donde recibir los cuidados que en el pueblo nadie les puede dispensar.
En cualquier caso, para quienes conservan las expectativas de volver más adelante, vaya mi mejor deseo de que sean felices durante el tiempo de espera hasta las próximas vacaciones.
Un saludo para todos
El caso es que numerosas casas en los pueblos aparecen con los postigos cerrados, volviendo el silencio, la rutina a esos lugares, en los que la despoblación hace tiempo se convirtió en dueña y señora, acentuándose en este comienzo de curso por la ausencia de algunos de sus habitantes que nos dejaron para siempre o marcharon a otros lugares en compañía de sus hijos o para ingresar en residencias donde recibir los cuidados que en el pueblo nadie les puede dispensar.
En cualquier caso, para quienes conservan las expectativas de volver más adelante, vaya mi mejor deseo de que sean felices durante el tiempo de espera hasta las próximas vacaciones.
Un saludo para todos
¡Gracias por esos ánimos Juan Antonio! Seguro que más de uno ya estamos con la cuenta atrás. Volver siempre ilusiona. Mis saludos