Mientras nuestro gran cooperador Juan Antonio cumplía con la comunión en el regocijo de sus queridos familiares allá por Cataluña, un servidor, ya con algunos días de vida; habría los ojos a la cámara de luces y formas, los oídos también; para captar las voces de los paisanos y reconocer la sustancia toda ella en una explosión de emociones que me regalaba mi tierra.
¡Qué hermosa es la infancia!
Saludos para todos.
¡Qué hermosa es la infancia!
Saludos para todos.