Las semillas de las amapolas se está convirtiendo en un alimento muy popular; dicen que tienen grandes propiedades, se utilizan en horneados (pan) y en ensaladas, principalmente, pero también pueden combinar bien con otros alimentos.
Aldea que a crecido a calor desarrollismo urbano debido a su cercanía a Salamanca. Hace veinte años era un núcleo de escasos habitantes dedicados a la agricultura de cereales y legumbres en los extensos y buenas tierras agrícolas que lo rodean.
Alguien con tiempo y mucha afición en la talla de piedras ha decorado su vivienda con caras que solo él sabe lo que representa. Resulta curioso y bonita esta afición.
Visillos para deleite de aquellas personas que saben apreciar la paciencia y labor de quines laboran con el ganchillo.
Al fondo el coro del templo sobre tres arcos rebajados sostenidos por dos columnas rematadas por capiteles; tiene una interesante balaustrada de piedra labrada.
Pequeña iglesia de La Armuña que debes visitar si vas a Salamanca.
Campos de color rojo una visión breve que la Naturaleza nos da durante los días que dura la floración de la amapola.
Pequeñas iglesias que remontan sus orígenes a los tiempos de la repoblación de estas tierras por los reyes de León.
Fachada de vivienda revestida de piedra para aislar la interior de barro. Cuando de visita te pierdo, si te vi ya no me acuerdo.
Es una iglesia del siglo XVI; consta de una sola nave. Se encuentra en buen estado, eso sí, después de una profunda restauración durante los años setenta del pasado siglo, en la que estuvo cerrada durante una temporada por amenazar ruina total.
Artesonado y retablo que nos habla de artistas y mecenas que ahora es difícil de encontrar en nuestra sociedad.
Lo moderno y lo antiguo se entremezclan en este pueblo de la periferia de la capital charra.
Dicen, entre otras cosas, que son restos de los miliarios que indicaban las distancias entre distintos puntos de la calzada romana que pasaba por este lugar.
Muchas veces buscamos la belleza del arte en las catedrales, templos y monumentos de las ciudades, olvidando que en muchos templos de nuestros numerosos pueblos, podemos encontrar obras que no tienen nada que desmerecer a las de los grandes recintos monumentales por todos conocidos.