El RANCHO NUNCA FUE "UN COCIDO"
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El cocido castellano en Palencia como en el resto de las provincias que componen la autonomía, como ocurre con todas las recetas tradicionales, seguro que hay tantas como familias, pequeñas variantes, dentro de una receta base común.
Lo que comenzó siendo una comida humilde, de labradores y trabajadores por su gran aporte calórico, poco a poco se ha ido haciendo un hueco en las mesas de la burguesía. Es un plato invernal que con los primeros fríos son más apetecibles al paladar que las ensaladas y sopas frías más propias del verano.
En tiempos de la España pobre en Sotobañado por tradición, el primer día de la fiesta mayor (la Función) se cocinaba una comida parecida al cocido conocida con el nombre de el Rancho, la cual era servida a todos las personas de pocos recursos económicos, ya fueran del pueblo o de pueblos de alrededor.
Para elaborar esta comida las familias con más holgura económica donaban los ingredientes, por lo que no solo se hacía con garbanzos como se hace el típico cocido, si alguien daba judía blanca también se agregaba; lo que no faltaba era la carne de cerdo y los chorizos procedentes de la matanza propia de ellos hecha el invierno anterior. La morcilla pieza indispensable en un buen cocido, en el Rancho no la había, eran tiempos que no se disponía de congeladores para conservarlas ni tampoco se hacían en cualquier época del año como sucede actualmente, solo en invierno cuando se hacía la matanza del cerdo criado en casa durante el resto del año.
La fotografía que acompaña al texto, pertenece al Rancho de la fiesta de este año celebrada el día diez de Septiembre de 2017, en la que por el color poco rojizo del caldo, se deduce que hubo escasez de chorizo cuando tantos hay en la política.
Desde unas cuantas décadas (cuando España mejoró su economía) el rancho ha pasado a ser, una comida compartida con todos los vecinos reunidos en la plaza y el coste económico, se carga a los fondos monetarios del Ayuntamiento
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El cocido castellano en Palencia como en el resto de las provincias que componen la autonomía, como ocurre con todas las recetas tradicionales, seguro que hay tantas como familias, pequeñas variantes, dentro de una receta base común.
Lo que comenzó siendo una comida humilde, de labradores y trabajadores por su gran aporte calórico, poco a poco se ha ido haciendo un hueco en las mesas de la burguesía. Es un plato invernal que con los primeros fríos son más apetecibles al paladar que las ensaladas y sopas frías más propias del verano.
En tiempos de la España pobre en Sotobañado por tradición, el primer día de la fiesta mayor (la Función) se cocinaba una comida parecida al cocido conocida con el nombre de el Rancho, la cual era servida a todos las personas de pocos recursos económicos, ya fueran del pueblo o de pueblos de alrededor.
Para elaborar esta comida las familias con más holgura económica donaban los ingredientes, por lo que no solo se hacía con garbanzos como se hace el típico cocido, si alguien daba judía blanca también se agregaba; lo que no faltaba era la carne de cerdo y los chorizos procedentes de la matanza propia de ellos hecha el invierno anterior. La morcilla pieza indispensable en un buen cocido, en el Rancho no la había, eran tiempos que no se disponía de congeladores para conservarlas ni tampoco se hacían en cualquier época del año como sucede actualmente, solo en invierno cuando se hacía la matanza del cerdo criado en casa durante el resto del año.
La fotografía que acompaña al texto, pertenece al Rancho de la fiesta de este año celebrada el día diez de Septiembre de 2017, en la que por el color poco rojizo del caldo, se deduce que hubo escasez de chorizo cuando tantos hay en la política.
Desde unas cuantas décadas (cuando España mejoró su economía) el rancho ha pasado a ser, una comida compartida con todos los vecinos reunidos en la plaza y el coste económico, se carga a los fondos monetarios del Ayuntamiento