UNA TRADICIÓN EN DECADECIA
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El desarrollo y las nuevas tecnologías hacen que la comunicación sea totalmente inmediata, dejando en el olvido a uno de los personajes más importantes en la comunicación entre personas durante siglos, el cartero.
¿Quién no ha esperado alguna vez la llegada del cartero para recoger una felicitación de cumpleaños, una postal de verano o la anunciada llegada familiar?.
Aunque su labor sigue siendo muy importante, hemos dejado de prestar atención a estos serviciales operarios que llevan más de cinco siglos trayendo y llevando buenas y malas noticias.
En mi mente guardo el recuerdo, de cuando el Sr. Matías (entonces cartero) le veías acercarse a casa, salía uno corriendo ilusionada a ver quien enviaba la carta o la tarjeta postal. Antes de abrirla, todos los presentes hacíamos cantidad de lucubraciones pensando de quien podría ser... hermanos o tíos, quien con su puño y letra relataba las buenas nuevas.
Los carteros en los pueblos aunque reparta en más de uno, conocen a la gente, les ponen cara. Si un vecino se cambia de casa no hace falta comunicarlo a Coreos, es muy probable que la carta llegue a su nuevo domicilio, por que el cartero les conoce personalmente.
Años atrás cuando llegaban estas fiestas las cartas se multiplicaban, pues al correo habitual se le sumaba la gran cantidad de felicitaciones navideñas que se cruzaban entre familiares y amigos, como una costumbre habitual que era.
La llegada de internet es uno de los adelantos que más ha cambiado nuestras vidas. ¿Estos cambios serán buenos o malos? dependiendo en parte de cómo nos adaptaremos a ellos. Pero, independientemente de que estemos o no listos para asumirlos, ¡esta es una realidad innegable!.
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El desarrollo y las nuevas tecnologías hacen que la comunicación sea totalmente inmediata, dejando en el olvido a uno de los personajes más importantes en la comunicación entre personas durante siglos, el cartero.
¿Quién no ha esperado alguna vez la llegada del cartero para recoger una felicitación de cumpleaños, una postal de verano o la anunciada llegada familiar?.
Aunque su labor sigue siendo muy importante, hemos dejado de prestar atención a estos serviciales operarios que llevan más de cinco siglos trayendo y llevando buenas y malas noticias.
En mi mente guardo el recuerdo, de cuando el Sr. Matías (entonces cartero) le veías acercarse a casa, salía uno corriendo ilusionada a ver quien enviaba la carta o la tarjeta postal. Antes de abrirla, todos los presentes hacíamos cantidad de lucubraciones pensando de quien podría ser... hermanos o tíos, quien con su puño y letra relataba las buenas nuevas.
Los carteros en los pueblos aunque reparta en más de uno, conocen a la gente, les ponen cara. Si un vecino se cambia de casa no hace falta comunicarlo a Coreos, es muy probable que la carta llegue a su nuevo domicilio, por que el cartero les conoce personalmente.
Años atrás cuando llegaban estas fiestas las cartas se multiplicaban, pues al correo habitual se le sumaba la gran cantidad de felicitaciones navideñas que se cruzaban entre familiares y amigos, como una costumbre habitual que era.
La llegada de internet es uno de los adelantos que más ha cambiado nuestras vidas. ¿Estos cambios serán buenos o malos? dependiendo en parte de cómo nos adaptaremos a ellos. Pero, independientemente de que estemos o no listos para asumirlos, ¡esta es una realidad innegable!.
