Es la golondrina un ave elegante que el otoño se marcha al Sur pasando al África del Norte y al llegar la primavera vuelve.
Alegra con sus trinos los corazones de los habitantes de los pueblos que la respetan como aves sagradas; y es que existe la leyenda que cuando Jesús estaba en la cruz, ellas revoloteaban a su alrededor y le quitaban las espinas de la corona para aliviarle el dolor.
Si la llegada de las golondrinas auguran que el tiempo fío ha terminado, este año el invierno aun no se ha ido. A estas alturas de la primavera (10 de abril)
aun no se las ve y tampoco a sus parientes los vencejos que al igual que ellas se alimentan de insectos que capturan al vuelo, especialmente mosquitos, moscas, pequeños escarabajos y polillas.
Se les identifica por su plumaje negruzco, alas largas en forma de guadaña y cola ahorquillada. Sus patas se han hecho tan débiles por el poco uso que, cuando caen al suelo, son incapaces de remontar el vuelo; pero los vencejos nunca se posan en el suelo, a no ser por accidente. Se alimentan en el aire, se aparean algunas veces en el aire e incluso duermen en el aire.
Sus patas se han hecho tan débiles por el poco uso que, cuando caen al suelo, son incapaces de remontar el vuelo; pero los vencejos nunca se posan en el suelo, a no ser por accidente. Se alimentan en el aire, se aparean algunas veces en el aire e incluso duermen en el aire.
Alegra con sus trinos los corazones de los habitantes de los pueblos que la respetan como aves sagradas; y es que existe la leyenda que cuando Jesús estaba en la cruz, ellas revoloteaban a su alrededor y le quitaban las espinas de la corona para aliviarle el dolor.
Si la llegada de las golondrinas auguran que el tiempo fío ha terminado, este año el invierno aun no se ha ido. A estas alturas de la primavera (10 de abril)
aun no se las ve y tampoco a sus parientes los vencejos que al igual que ellas se alimentan de insectos que capturan al vuelo, especialmente mosquitos, moscas, pequeños escarabajos y polillas.
Se les identifica por su plumaje negruzco, alas largas en forma de guadaña y cola ahorquillada. Sus patas se han hecho tan débiles por el poco uso que, cuando caen al suelo, son incapaces de remontar el vuelo; pero los vencejos nunca se posan en el suelo, a no ser por accidente. Se alimentan en el aire, se aparean algunas veces en el aire e incluso duermen en el aire.
Sus patas se han hecho tan débiles por el poco uso que, cuando caen al suelo, son incapaces de remontar el vuelo; pero los vencejos nunca se posan en el suelo, a no ser por accidente. Se alimentan en el aire, se aparean algunas veces en el aire e incluso duermen en el aire.