Pues, saludos desde este pueblo y desde toda la Ojeda a la que perteneces. Nuestros pueblos son pequeños, pero no dejan de tener su encanto tanto el arte y la naturaleza como por sus gentes. Así que anímate a seguir colaborando, también con fotos.
Poco a poco la pared de adobe van desapareciendo. Pero aquí antes hubo una casa y unos vecinos.
Los árboles son hermosos. Y más cuando crecen sólos en el campo. En un terreno dedicado sólo a los cereales, donde nada destaca, esos chopos cargados de brillantes hojas llenan el paisaje de luz y color. Son tres gigantes que protegen los trigales en una naturaleza seca y esquiva.
No es un bunker. ¿Qué será?
Otra vista de la vega con Oteralbo al fondo.
La vega suele estar llena de vida y de color, sobre todo en otoño. ¿Te gusta esta foto?
La maleza parece proteger en esta foto los restos de la iglesia. ¡ ójala fuera así!
Desde San Jorde se puede ver este bello pasiaje del valle de la Ojeda. Al fonfo, Prádanos, a cuyo ayuntamiento parece ser que pertenece este rincón abandonado.
Esta foto puede servir de metáfora sobre la situación de esta obra románica. Los pueblos del entorno viven de espaldas a su ruina. No es su propiedad. Pero es posible que estén preocupados por esta realidad, pero no saben que hacer.¿Qué dice la diócesis? ¿Qué responsabilidad tienen las autoridades provinciales?
Los campos se cuidan con esmero. Cuando ya se ha recogido la cosecha, el tractor con su arado prepara la tierra para la próxima cosecha. No se piede el tiempo. La iglesia erománica, sin embargo, ahí está, sola y abandonada a merced de los depredadores. No tiene amo que la vigile ni paisano que la cuide para mantenerse en pie.
Todavía quedan en pie, aunque maltrechas, algunas paredes de adobes del antiguo pueblo. Desde sus casas se podía ver la iglesia sobre el pequeño altozano. Ahora sólo quedan ruinas.
Villabernudo está muy cerca de San Jorde, como se puede ver por esta imagen.
Atardece en la vega. Los sombras avanzan con lentitud sobre las tierras. Palones y colmenar se resisten a ser invadidos por las sombras. Los chopos disfrutan de los últimos rayos de sol. Las montañas se tiñen de azul...